Primera baja destacada en el sector de la entrega de última milla. La compañía Jinn App, con sede en Londres pero fundada por tres españoles, ha anunciado su cierre definitivo tras meses convulsos en los que cesó sus operaciones en España y todas las ciudades británicas, excepto en la capital británica. Su dependencia hacia la entrega de comida les hizo competir sin éxito contra gigantes con mucho más capital como Deliveroo o UberEats.
La decisión, adelantada por Business Insider, ha sido confirmada por Mario Navarro, cofundador y consejero delegado, a este periódico. El directivo ha enviado la misma declaración remitida al medio estadounidense en la que admite que durante los últimos meses han intentado “por todos los medios encontrar soluciones para mantener Jinn vivo”. “Nos ha faltado tiempo”, apunta.
Según ha podido saber este medio, la compañía trató en un primer momento de lograr más capital, pero no fue posible. Los inversores, entre los que se encontraban el español Samaipata Ventures (del cofundador de La Nevera Roja), no inyectaron más dinero. En última instancia, según apunta Business Insider, trataron de vender la compañía a un tercero. Sin éxito.
Fuerte dependencia hacia la comida
Uno de los puntos débiles de la compañía era su dependencia del servicio de entrega de comida. Según explican fuentes con conocimiento del sector a EL ESPAÑOL, buena parte de los pedidos que gestionaban eran para restaurantes.
Y la explosión de grandes jugadores en este sector, como Deliveroo o la división Eats de Uber, la arrollaron. “No pudo competir con ellos”, asegura una de esas fuentes.
Su última bala fue tratar de hacer un giro para convertirse en un ‘recadero’ de todo tipo de productos y servicios para empresas. Fue demasiado tarde. “Otras compañías como Quiqup, más pequeña que ellos, lo vieron antes y hace más de un año hicieron el giro”, explican.
El otro gran error fue tratar de hacer una fuerte expansión en muchas ciudades en muy poco tiempo. Hicieron un intento de aterrizaje en España (con presencia en Madrid y Barcelona), donde cuentan con la filial Ridee Jinn SL, pero nunca llegó a despegar por la dificultad para llegar a acuerdos con socios.
10 millones de dólares recaudados
Jinn App fue fundada en Londres en 2013. Operaba bajo la compañía británica Ridee Limited. Las últimas cuentas presentadas en el Registro Mercantil británico (Companies House) pertenecen al ejercicio que terminaba el 31 de enero. En él, la compañía informaba de unas pérdidas de 1,9 millones de libras (no aparecen los ingresos al ser cuentas abreviadas por ser una empresa pequeña).
Al menos sobre el papel, la sociedad ha logrado 19 millones de dólares en un total de seis rondas. La última se anunció el pasado mes de mayo y fue de 10 millones de dólares, donde también participó (al igual que en la anterior) el fondo español Samaipata Ventures, junto con el ‘family office’ STE Capital y otros socios anteriores.
Sobre esta última ronda hay muchas dudas. No se ha comunicado al Registro Mercantil. La última ampliación de capital oficial fue la de marzo de 2016, donde se crearon 3.600 acciones nuevas a un precio total de 847 libras cada una. Es decir, en torno a 3 millones de libras, según esa misma comunicación.
Enfrentamiento con los repartidores
La compañía ha vivido serios enfrentamientos con sus repartidores. ¿La razón? Lo cobrado por ellos por cada uno de los envíos. Un conflicto que llegó incluso a medios británicos como The Guardian.
Uno de los mensajeros explicaba a este diario que cobró 125 libras por 72 horas de trabajo. En enero de este año, uno de los cofundadores de la compañía se enfrentó a protestas de estos empleados frente a las oficinas de la compañía.