"Desde el 1 de octubre notamos intranquilidad al alza entre nuestros clientes, y el consejo decidió trasladar la sede para certificar que la fortaleza del banco siempre mantendrá, en iguales condiciones que cualquier otra entidad, bajo el control del Banco Central Europeo", ha asegurado Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank.
"Tuvimos un impacto moderado de salida de depósitos, pero ya lo hemos parado y revertido, y seguimos creciendo como lo estábamos haciendo hasta ahora". En este sentido, Gortázar quiso lanzar un mensaje de tranquilidad. "No he movido mi patrimonio de mi cuenta en la Diagonal de Barcelona", apuntaba tras reconocer que "se habían producido transferencias de recursos entre Cataluña y otras zonas de España, en respuesta a la intranquilidad existente", aunque, matizaba, "no creo que hubiera ninguna necesidad de hacerlo".
Respecto a que la decisión de traslado de la sede a Valencia sea definitiva, Gortázar apunta que, como comunicó el consejo, "no hemos tomado esta media de manera temporal". Este lunes se reunió en la nueva sede el consejo de administración por primera vez, y también lo hará en su momento la junta de accionistas.
En cuanto a la situación económica generada por la salida de empresas de Cataluña, el consejero delegado confía en que los gobernantes "hagan lo posible para que esta situación no se prolongue. Si no hace, el impacto será dañino. Si no, se podrá corregir sin problema", decía.
Gortázar comentaba este extremo en la presentación de resultados al cierre del tercer trimestre de 2017, celebrada en su nueva social de la calle Pintor Sorolla, en la capital valenciana.
"Los mejores de la historia", apuntaba el consejero delegado, gracias a que "el negocio recurrente sigue creciendo día a día" gracias al fuerte aumento de los recursos gestionados en España, con más de 11.300 millones de euros entre enero y septiembre, hasta un total de 350.000 millones, de los que casi el 10% proceden del banco portugúes BPI, bajo el perímetro de CaixaBank desde el pasado 1 de febrero.