El beneficio neto de Mapfre en los primeros nueve meses del año se ha situado en 445 millones de euros, un 22,3% menos que el año anterior. El descenso se debe, según la aseguradora, al impacto que han tenido los costes de las recientes catástrofes naturales que se han registrado tanto en Norteamérica como en el Caribe, que cifra en unos 176 millones de euros.
Sin tener en cuenta el efecto de los desastres naturales, el beneficio atribuido de la aseguradora habría crecido un 8,6%.
Los ingresos de la aseguradora en el período incrementaron un 1,6% respecto al año anterior, hasta 21.292 millones. Las primas, en tanto, crecieron un 5,1%, hasta los 17.987 millones, "impulsadas por el aumento del negocio en España, México y los negocios reaseguradores y de riesgos globales".
Según Mapfre, las catástrofes han afectado también al ratio combinado del grupo, que se sitúa en el 98,7%, "pese a la magnitud de estos eventos de dimensión y frecuencia excepcionales". Sin estos eventos, "el ratio habría sido del 96,3%". La compañía ha destacado la evolución del negocio reasegurador, que aporta 97 millones de euros al beneficio, y el "fuerte crecimiento" del negocio en España, "especialmente en beneficio".
El patrimonio neto al cierre de septiembre de 2017 se situó en 10.792 millones de euros, mientras que los fondos propios, por su parte, alcanzaron los 8.781 millones de euros, y los activos totales al cierre de septiembre se situaron en 67.733 millones de euros.
Las inversiones de la aseguradora ascendieron a 49.370 millones de euros al finalizar septiembre. El 54% de las mismas corresponden a deuda soberana, mientras que el 20% son inversiones de renta fija corporativa y el 9% está en acciones y en fondos de inversión.
En cuanto al dividendo, que se mantiene en 6 céntimos de euro por acción, el consejo de administración ha aprobado el pago a cargo del ejercicio 2017.