Para la agencia de calificación, el "importante" nivel de deuda pública en balance de los bancos españoles les expone a un "sentimiento negativo" del mercado derivado del incremento de la incertidumbre política.
En este sentido, Fitch, que mantiene su previsión de crecimiento para España en el 3,1% en 2017, entiende que los bancos españoles se verían perjudicados por una ralentización de la economía, un incremento de los costes de financiación y un estancamiento en la recuperación del mercado inmobiliario.
"Si la crisis catalana aumenta o se extiende más allá del cuarto trimestre de 2017, el buen rendimiento operativo de los bancos españoles podría estar en riesgo, ya que la economía podría desacelerarse, los costes de financiación en los mercados podrían aumentar y el crecimiento del negocio y la recuperación del sector inmobiliario podrían estancarse", avisa Fitch.
En cualquier caso, la calificadora de crédito considera que el rendimiento de los bancos españoles en los nueve primeros meses del ejercicio ha sido bueno, en un escenario de recuperación de la economía en España con contribuciones sostenidas de sus negocios en el extranjero.