En lo que va de año, el recibo de la luz para el consumidor sujeto a la tarifa regulada se ha encarecido un 12% y la factura del gas entre un 3,2% y un 4,5%, en función del tipo de consumo. Esos son los últimos datos que maneja el Ministerio de Energía respecto al mes de octubre. Con estos incrementos, la factura hasta ahora se eleva a 688 euros por consumo eléctrico, 74 euros por encima del año anterior; a 255 euros la del abonado a gas para consumo doméstico y 794 euros para el que tiene también calefacción.
Como ya había señalado el propio Ministerio, los precios están por encima de los del año anterior -un año considerado excepcional para el mercado eléctrico tanto por la generación renovable disponible como por los bajos precios de las materias primas en los mercados internacionales-, pero por debajo de los niveles de 2015. Con estos datos sobre la mesa, después del ya polémico pico de precios registrado a finales de octubre en el que la luz llegó a los 60 euros y tocó un nuevo máximo este año, fuentes del Ministerio señalan que el recibo se encarecerá en torno a los 100 euros este año respecto a 2016.
Para Energía, la clave de este aumento es, precisamente, que los factores que el año pasado fueron favorables para el nivel de precios este año no están dándose. Por un lado, en lo que va de 2017, la falta de lluvia y viento ha provocado que las energías que provienen de estas fuentes pierdan peso en el mix generador. La generación hidráulica pierde 7,5 puntos respecto a 2016, hasta un 7,5%, y la eólica cae 1,3 puntos, a 17,8% del total generado. Esto ha hecho necesario suplir esta carencia con generación térmica -carbón, gas y cogeneración- elevando el hueco térmico nueve puntos, hasta un 45% del mix generador, y ha coincidido con unos mayores precios en el mercado de estas materias primas.
Descartan reformas profundas del mercado
En este contexto, una subida como la que se experimentó durante una hora el pasado 24 de octubre, no es algo preocupante ni que vaya a derivar reformas de gran calado en el mercado, como el propio Secretario de Energía, Daniel Navia, ha señalado en los últimos días, más allá de las reformas en que se está trabajando.
Además, señalan desde el Ministerio, no es algo que afecte sólo a España. Países como Francia o Alemania se ven afectados por sus propios factores específicos -por clima, precios de las materias primas o problemas técnicos- y han registrado picos en los precios mayores que el español. En el caso de los vecinos franceses, por ejemplo, el incremento de la demanda de un 10% por una ola de frío se ha combinado con la indisponibilidad de alrededor de un 30% de sus nucleares, lo que ha llevado el precio del megavatio-hora a 91,8 este octubre. El precio medio en Reino Unido es incluso mayor, 99,6 euros, y en Italia supera los 105 euros.
La reforma del mercado eléctrico y del gas
Energía se mantiene firme en su mensaje de los últimos meses, los precios son normales, pero se prepara para la llegada del frío invierno y sus picos de demanda con un paquete de medidas con el que buscan un impacto positivo en el precio de energía tratando de evitar la volatilidad en el mercado.
Respecto al mercado del gas, el Consejo de Ministros aprobará este viernes la reforma que obligará a los dos operadores dominantes en el sector, Endesa y Gas Natural Fenosa, a actuar como creadores de mercado en el mercado organizado Mibgas. El ministro Álvaro Nadal anunció esta medida en enero, cuando la ola de frío disparó el consumo de electricidad y gas y elevó la factura a niveles récord. Fuentes del Ministerio señalan que el retraso en su aprobación se debe a que se encargó a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que elaborara la metodología para su puesta en práctica y que, una vez recibida, estudiada y aprobada, están listos para darle luz verde.
En la práctica, esta obligación de crear mercado se traduce en que ambas compañías tendrán que tener gas disponible en el Mibgas con unas condiciones, volumen y precio final reguladas. La cantidad de gas se establece en proporción a su cuota en los aprovisionamientos. Con esta medida se espera un "efecto netamente positivo sobre la liquidez del mercado organizado", sostienen las mismas fuentes que consideran que aunque el volumen negociado en el Mibgas está creciendo, sin la participación de estos dos operadores dominantes, su desarrollo "encontraría un cierto techo".
Así, lo que busca el Gobierno es forzar a que Gas Natural Fenosa y Endesa mantengan un volumen mínimo de gas en el mercado mayorista que mejore la liquidez y evitar que las grandes órdenes de los comercializadores distorsionen los precios. Aunque la medida no pretenda una bajada "artificial" del precio, algo que va en contra de la normativa europea, "sino mejorar el funcionamiento de los mercados para evitar puntas en los precios", puede llevar a una contención a los precios de la luz de forma indirecta ya que, cuando hay picos de demanda o falta generación de otras fuentes el gas es la materia prima que sirve para generar electricidad.
El precio del gas, eso sí, seguirá dependiendo del coste de la materia prima en el mercado internacional, este mecanismo está enfocado "a las situaciones puntuales en que un operador de una orden muy grande que pueda mover el mercado y generar picos sólo porque no hay suficiente oferta o demanda en el otro lado de la ecuación".
Tras su aprobación en el Consejo de Ministros, se enviará a Competencia la resolución que regula el funcionamiento concreto de esta obligación y se prevé que la norma esté en marcha a finales de este mes.
Por otra parte, el Gobierno trabaja además en la modificación del Plan de Invierno y prevé elevar la exigencia de almacenamiento de gas de cara a las olas de frío invernales en un 75%, de los 2 días actuales a 3,5 días. El Plan de Invierno entró formalmente en vigor el pasado 1 de noviembre, renovando automáticamente las condiciones establecidas para el invierno pasado al no haber una norma que lo sustituyera.
En cuanto al mercado eléctrico, la principal medida en la que se trabaja busca hacer más eficiente el uso del servicio de interrumpibilidad. El Gobierno quiere utilizar este servicio, que es el que permite a Red Eléctrica pedir a los grandes consumidores como las fábricas que interrumpan su consumo -recibiendo un pago por ello- en un momento concreto de elevada demanda, como palanca económica y no sólo técnica. La clave es que si Red Eléctrica ve que recurrir a este servicio es más barato que los servicios de ajuste del mercado diario, aproveche esta opción y lo active automáticamente. El límite está en el número de horas que la medida sea necesaria y en que no suponga un sobrecoste por el pago que devenga a los grandes consumidores.
Por último, Energía ha remitido a Competencia una propuesta de reforma de las reglas del mercado europeo que apunta a mejorar la casación de la oferta y la demanda para que los precios del mercado intradiario se acerquen al tiempo real y permitan realizar operaciones casi hasta el momento en que se entrega físicamente la energía.
La buena intención del Gobierno es, sin embargo, un parche que no soluciona el problema de base, sostienen fuentes del sector eléctrico, ya que el precio final de la factura depende en gran medida de costes que no están vinculados al consumo. En concreto, alrededor de un 65% de la factura que llega a unos 11 millones de clientes acogidos a la tarifa regulada son cargos no relacionados con el consumo sino con el coste de mantener el sistema, las subvenciones a renovables o al carbón y los impuestos que gravan el servicio. Además, que se desvelen estas medidas tan tarde, con el invierno casi encima, muestran una gran falta de planificación por parte del Ministerio que podría salirle por la culata y traducirse en un incremento de precios en el corto plazo al ser necesario aprovisionar más gas.