Iberdrola ha decidido completar el proceso de cierre de todas sus centrales de carbón en el mundo, entre las que se incluyen las plantas térmicas de Lada (Asturias) y Velilla (Palencia), informó la compañía.
En este sentido, el grupo que preside Ignacio Sánchez Galán ha solicitado ante el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital el cierre de estas dos plantas, que suman una potencia conjunta de 874 megavatios (MW), petición que no afectará al empleo, asegura la compañía en un comunicado.
En este sentido, Iberdrola afirma que recolocará al 100% de la plantilla -90 empleados en Lada y 80 en Velilla- tanto en las labores de desmantelamiento de ambas plantas, que se extenderán durante cuatro años desde la fecha de aprobación de cierre por parte del Ministerio de Energía y supondrán una inversión cercana a los 35 millones de euros, como en otras instalaciones de la empresa. Las zonas ocupadas por Lada y Velilla serán objeto de una restauración paisajística.
Iberdrola enmarca esta decisión dentro de su apuesta por las energías limpias y por acelerar su compromiso de reducción de la intensidad de emisiones de CO2 en un 50% en el año 2030 respecto a los niveles de 2007.
Apuesta por las renovables
La decisión está en línea con su política corporativa de lucha contra el cambio climático. Según la eléctrica, el carbón representa actualmente sólo un 1,8% de la capacidad total del grupo, que asciende a 48.062 megavatios (MW), y el 1,5% de la producción eléctrica en los nueve primeros meses del año en curso: 1.596 GWh vs. 102.494 GWh.
La compañía recuerda que, desde el año 2001, ha clausurado en todo el mundo centrales térmicas que suman casi 7.500 MW de capacidad instalada. Destaca el cierre en 2013 y 2016, respectivamente, de dos grandes centrales de carbón en Reino Unido, Cockenzie y Longannet, cuya potencia conjunta ascendía a 3.600 MW. Asimismo, el desmantelamiento en este periodo de tiempo de casi 3.200 MW de plantas de fuel oil.