Sobre la base del contexto analizado, EDF indicó en un comunicado que espera el año próximo un resultado bruto operativo (Ebitda) de entre 14.600 y 15.300 millones de euros, frente al objetivo anterior de 15.200 millones.
Esa nueva horquilla se ha establecido con la hipótesis de un precio de 9,31 euros por kilovatio, precisó.
En cualquier caso, la compañía confirmó un repunte "marcado" del Ebitda en 2018, comparado con el de 2017, gracias a una mayor producción nuclear e hidráulica en Francia, a un incremento de precios de mercado en Europa y al buen comportamiento del plan de eficiencia en las llamadas "Opex", que reúnen cargas de personal y "otros consumos externos".
Además de las citadas "evoluciones desfavorables", que integran la previsión de una caída de los volúmenes de electricidad en Francia del 0,3 % el ejercicio próximo, EDF ajustó sus anticipaciones sobre inversiones, que deberían estar "próximas de los 11.000 millones de euros", frente a un objetivo inicial de 10.500 millones.
Eso incluye tanto una aceleración de las inversiones en energías renovables así como las necesarias para el parque nuclear francés y la red de distribución.
A la vista de estos elementos, el grupo eléctrico indicó que ha decidido acelerar el plan de eficiencia que presentó en 2016, en particular aumentando el objetivo de reducción de 800 millones de euros en lugar de 700 millones de las "Opex" para 2018, comparadas con las de 2015.
Además, el programa de cesiones de 10.000 millones de euros, que inicialmente debía concluir a finales de 2020, estará casi terminado a finales de 2018.