En concreto, una vez desbloqueados los avales, la compañía y los bancos acreedores, entre ellos Santander y Sabadell, tienen de plazo hasta el próximo 15 de enero para refinanciar su deuda, tal y como recoge el acuerdo de espera ('standstill') suscrito entre ambas partes.
Al cierre de septiembre, la deuda neta de la empresa presidida por Antonio del Valle se situaba en 267,6 millones de euros, un 5,6% más que en los nueve primeros meses de 2016.
Tras la renovación de los avales, toca mover ficha a la compañía que, según han explicado las mismas fuentes, debería convocar un consejo extraordinario próximamente para abordar algunos cambios en su composición que podrían afectar incluso al propio Del Valle.
En paralelo, Duro Felguera está inmersa en la búsqueda de nuevos socios o inversores dispuestos a inyectar capital por hasta 150 millones de euros y en su plan de desinversiones de activos.
Entre las garantías de los avales, la compañía tiene encima de la mesa la venta de su sede en Madrid al Sabadell por un importe de 33 millones de euros, sin exigir fianza de alquiler de siete años, lo que permitiría a la compañía asturiana conseguir liquidez.
Así, Duro Felguera está analizando esta operación con la entidad catalana, que podría hacerse finalmente con el inmueble, una vez descartada la oferta de Sandra Ortega, hija del fundador de Inditex, Amancio Ortega, por 38 millones de euros.
La oferta de Ortega tenía como condición un alquiler obligatorio de más de diez años a un precio de dos millones al año, más una fianza de siete años. En total, unos 14 millones que debía abonar la compañía, que unidos al crédito que tiene la sede con Sabadell, dejaba apenas 3 millones de liquidez.
Por su parte, Sabadell ha propuesto una oferta de 33 millones sin condiciones de seguir en la sede ni fianzas, por lo que entre 10 y 15 millones entrarían en caja una vez liquidado el crédito.
Duro Felguera registró unas pérdidas de 11,5 millones de euros al cierre del tercer trimestre, frente al beneficio de 1,5 millones de euros durante el mismo periodo del año anterior.
La sociedad ha explicado que su actividad, tanto a nivel comercial como operativo, se está viendo afectada negativamente por su proceso de refinanciación. En concreto, señala que la falta de disponibilidad de líneas de riesgo está limitando la nueva contratación y dificultando el avance de los proyectos en cartera.
La contratación del grupo ascendió a 547,8 millones de euros entre enero y septiembre, lo que supuso un incremento del 70,6% con respecto al mismo periodo de hace un año; mientras que las ventas disminuyeron un 0,4%, hasta los 478,8 millones de euros. En España, la caída en las ventas fue del 31%, hasta los 44,7 millones de euros.
Por su parte, el beneficio bruto de explotación (Ebitda) cayó un 87%, hasta los 2,9 millones de euros, debido a la disminución de las ventas en las líneas de mining & handling (-34%) y de fabricación (-31,3%), así como a las diferencias negativas de tipo de cambio de 6,3 millones de euros, informó la compañía.