La gestión de los ahorros de los españoles cambiará de forma radical a partir del 3 de enero de 2018. Será entonces cuando entre en vigor una directiva europea desconocida para muchos, pero que llegará a nuestras vidas para cambiar cómo nos relacionamos con las entidades financieras: Mifid II. La directiva de Intermediación Financiera busca “homogeneizar” el sistema de asesoramiento por parte de las entidades financieras, pero también busca dar una mayor protección a los inversores.
Esta es una de las principales conclusiones del II Foro de Inversión de El Español, en el que se analizaron las oportunidades, los retos y los desafíos que se presentan en la gestión de patrimonios. La jornada contó con el respaldo de Natixis IM, Savills, Andbank y Oddo BHF.
En definitiva, como señala Isabel Giménez, directora general de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros (FEBF), el objetivo es la “evangelización de los agentes del mercado, para cambiar el lenguaje y avanzar en la educación financiera”. Algo que va a conllevar una mayor exigencia de transparencia por parte de la banca, pero también una mayor cesión de responsabilidad hacia el cliente.
Mifid II conllevará cambios drásticos en el asesoramiento financiero. Estos implicarán, entre otras cosas, “la grabación de las conversaciones. Algo que obligará a los bancos a que cuando un cliente dé una orden, estemos seguros de que se produce a iniciativa suya”, explica José Miguel Maté, miembro de la junta directiva de EFPA España.
De lo que se trata, explica, es de que el cliente asuma las consecuencias de sus actos. "Hasta ahora había una dejación de funciones por parte del consumidor, que ha llevado a una judicialización de la venta de cualquier producto financiero".
El concepto del asesoramiento
Eso obligará, según Pablo García, secretario general de Andbank España, a que se reconozcan como asesoramiento elementos que, hasta ahora, no se consideraban como tales. Pero no sólo eso, también el hecho de que a partir del mes de enero “se cobrará por el asesoramiento, algo que hasta ahora no se producía y se proporcionaba como algo gratuito”, sentencia.
Sin duda, un cambio radical en la forma de afrontar la gestión de las inversiones a través de los bancos que obligará a los clientes a modificar su mentalidad en un escenario en el que nos encontramos a inversores con poca formación financiera.
Y es que, con Mifid II, los bancos también van a tener que hacer un gran esfuerzo, económico y de transparencia
No sólo por el hecho de que se les obligará a ser mucho más rigurosos a la hora de ‘perfilar’ a los clientes de banca de inversión, también porque desde enero tendrán que invertir mucho más dinero en formación, tecnología y procedimientos para amoldarse a la directiva europea. Una norma que entrará en vigor el 3 de enero, pero que no tendrá un reglamento lanzado por el gobierno español hasta, al menos, el mes de septiembre de 2018.
Aumento de costes
El aumento de costes por la implantación de la normativa llega en mal momento, con unos tipos de interés que no ayudan a la cuenta de resultados de las entidades. De hecho, el mercado descuenta que sociedades que no tengan al menos 800 millones o mil millones de activos bajo gestión no van a ser capaces de sobrevivir por sí solas.
No es de extrañar, por tanto, que en los próximos meses veamos un proceso de concentración en la banca privada, sobre todo en la mediana, tal y como ocurrió en Reino Unido hace unos años cuando entraron en vigor normas similares a las que ahora quiere adoptar la Unión Europea.
Todo este escenario abre la puerta, además, a que los Asesores Financieros Independientes, los EAFI, tengan una mayor oportunidad de incrementar su papel en el asesoramiento de inversiones. Sobre todo porque, como reconoce Carlos García, el presidente de la Asociación Española de Empresas de Asesoramiento Financiero (ASEAFI), “nosotros hemos hecho de verdad tal ejercicio de transparencia que nos pilla con la mochila menos cargada que a las entidades, que van a tener que hacer un ejercicio con el cliente mucho mayor”.
La formación financiera
Una conjugación difícil que requerirá de formación para los asesores, pero también para los clientes que tendrán que encontrar en la banca de inversión sea capaz de lograr “una consultoría que sea de verdadero valor añadido”, según Daniel Lacalle.
El economista y colaborador de EL ESPAÑOL, autor de La Gran Trampa, cree que el papel esencial de la nueva banca privada es “guiar al inversor fuera de la zona de confort, y enseñarle que el hecho de que haya poca volatilidad no significa que no haya riesgo”. En especial porque el 46% de los inversores tienen un perfil conservador y un 36%, moderado, según el Barómetro de Carteras Españolas de Natixis IM; y que explicó Juan José González de Paz, consultor senior del grupo.
Todo un problema a la hora de aconsejar inversiones, dado que la falta de educación financiera que hay en España conlleva que buena parte de los inversores se ‘asusten’ a la hora de buscar distintos activos de inversión. De hecho, la mayoría -según los ponentes- suelen tener buena parte de sus ahorros en las Blue chips del Ibex: Telefónica, Inditex, Santander, BBVA e Iberdrola. Eso, y los sempiternos depósitos.
Algo a lo que contribuye esa falta de conocimiento, pero también lo que Gustavo Trillo, director comercial de Bestinver, denomina “una alineación de intereses mejorable, que hace que en numerosas ocasiones no se ofrezca un un producto pensando en la rentabilidad a futuro que va a darle al cliente, como el que puede tener la propia entidad en el corto plazo”. Algo que, sin duda, “es mejorable”, sentenció.
Buscar nuevas oportunidades
Es por ello por lo que Trillo recomienda fijarnos en el coste de oportunidad, y dejar que nuestros ahorros trabajen por nosotros en el largo plazo. “Merece la pena asumir volatilidad para tener rentabilidad”, sentencia.
Un diagnóstico en el que coincide desde Oddo BHF su country head para Iberia y Latinoamérica, quien aconseja operar en renta variable europea, en donde “hay oportunidades. Sobre todo en empresas de pequeña y mediana capitalización, en un mercado como el europeo en el que hay un sólido crecimiento”. Eso sí, “hay que hacer una gestión activa porque estamos en un escenario de valoraciones ajustadas”, añade.
El refranero español siempre dice aquello de que no es recomendable meter todos los huevos en la misma cesta. De ahí que todos los asistentes al panel organizado por EL ESPAÑOL recomienden diversificación. “Hay que invertir en distintas clases de activos. Una buena cartera debe tener renta variable con visión global, pero también una parte de renta fija corporativa, estatal y emergente”, explica Enrique Marazuela, presidente de CFA Society Spain.
El inmobiliario
Y para quienes tengan un capital mayor, y puedan plantearse buscar alternativas en otros activos que no sea la renta variable o la fija, a lo mejor puede resultarles interesante apostar por el sector inmobiliario. No tanto en el residencial, como en el mercado de oficinas y centros comerciales.
Oportunidades en donde “hay rentabilidades más agresivas que antes de la crisis, pero en donde hay niveles de seguridad y liquidez que ofrecen una rentabilidad mucho más elevada”, según explica Alejandro Sánchez, director de patrimonios privados de Savills. A su juicio existen oportunidades en Madrid y Barcelona, fuera de zonas prime, pero, sobre todo, en las capitales de provincia.
Sobre todo, dice, en el mercado de oficinas. En ellos siempre hay “oportunidades de compra de carteras de activos mixtos”. Bien carteras vendidas por bancos o en procesos de liquidación en donde compras con cierto descuentos y realizas ventas posteriores a inversores privados.
Como se puede comprobar, oportunidades y retos de inversión y transformación de la industria, que fueron analizadas en el II Foro de Inversión en Madrid, organizado por EL ESPAÑOL en colaboración con Andbank, Natixis IM, Savills y Oddo BHF. Un evento que contó además, con la difusión de Aseafi, EFPA España, Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros e IAF/FEF.