Es la hora de los fotovoltaicos. Después de cuatro años casi estancados y viendo cómo en el resto del mundo el mercado vivía una revolución, el impulso que han dado las subastas celebradas este año hace que el sector saque pecho y reivindique su aporte tanto a la economía nacional como a la transición energética.
Con las dos subastas de potencia ‘verde’ que ha realizado el Gobierno este año, la primera en mayo y la segunda a finales de julio, están pendientes de instalar casi 4.000 megavatios (MW) fotovoltaicos que supondrán duplicar el parque actual español. “Vamos a instalar prácticamente en un año lo que hemos instalado en toda la historia de España”, ha destacado el presidente de la patronal solar, Jorge Barredo durante la primera jornada del IV Foro Solar. Este “importante reto” hay que alcanzarlo antes de 2019 y tanto las empresas como las administraciones tienen que realizar un “gran esfuerzo” para lograrlo, ha añadido.
Una de las claves en esta transición es, precisamente, el desbloqueo al autoconsumo eléctrico, una de las principales demandas que hacen desde UNEF. En opinión de Barredo, el autoconsumo “es el futuro” y el sector espera que se empiece a regular ahora tras la reciente sentencia del Tribunal Supremo. En este sentido, desde la patronal se pide claridad en los procedimientos y regulaciones y que las Comunidades Autónomas colaboren.
Además, según Barredo, el autoconsumo “liberalizado” no supondría una amenaza al sistema eléctrico porque la potencia máxima que se podría instalar rondaría los 250 MW y el sistema dejaría de ingresar unos 4 millones de euros al año, menos de un 0,02% de los costes del sistema.
Las palabras de Barredo han encontrado réplica del Ministerio de Energía minutos después. El secretario de Estado de Energía, Daniel Navia, aseguraba ante las más de 200 personas del auditorio que el Gobierno está dispuesto a trabajar para eliminar las trabas administrativas al autoconsumo.
El autoconsumo ha sido también tema de debate durante el último panel del día en el que se ha abordado el papel que la fotovoltaica puede desarrollar en el modelo energético español, uno de los temas que el propio Navia ha destacado al inicio de la jornada.
Desde la Fundación Renovables defienden la relevancia de la energía fotovoltaica como elemento “primordial” para romper el modelo de oferta y para “potenciar el papel del consumidor”. “Cualquier tecnología que llegue nueva no preocupa si llega desde el lado de la oferta, al sector energético tradicional lo que le preocupa es que llegue del lado de la demanda”, ha expuesto Fernando Ferrando, presidente de la fundación.
“La fotovoltaica va a ser un elemento fundamental no de un cambio de modelo energético, sino que va a provocar un cambio en el comportamiento de los que somos verdaderamente actores en el mundo energético, los consumidores”, ha agregado señalando que esta es una de las claves por las que los gobiernos a la hora de regular o las empresas ofrecen resistencias ante este cambio. “Esta tecnología va a romper el modelo de oferta y los consumidores pasarán a ser ciudadanos”.
El delegado en Asturias de UNEF, Javier Fernández-Font, ha destacado del autoconsumo que permite la democratización de la energía y, con ello, la lucha contra la pobreza energética. “Si tengo dos baterías cargadas en casa que no voy a utilizar, tendría que poder traspasar esa energía al vecino que la necesite o inyectarla al sistema”, ha defendido. Otro de los puntos que ha destacado es la capacidad del sector para generar empleo. Sólo en Asturias, la región que más empleo concentra en este sector, la solar fotovoltaica genera más de 1.500 empleos directos, y sumando los indirectos el dato se eleva hasta casi 1.900 puestos, según el último estudio elaborado por UNEF sobre el impacto de la energía solar fotovoltaica en esta Comunidad sobre los datos entregados por 23 empresas.
El impacto sobre el empleo es importante, pero en la última década se han destruido muchos puestos de trabajo, señala Carlos Martínez, miembro de la secretaria confederal de Salud Laboral y Medio Ambiente de Comisiones Obreras. Desde los más de 28.000 puestos de empleo, entre directos e indirectos, que se alcanzaron en 2010 según datos de UNEF, la cifra ha caído a menos de mitad en la actualidad. “Se ha destruido mucho empleo, pero las perspectivas son buenas debido a las subastas que se ha adjudicado la fotovoltaica en el último año”, ha señalado Martínez. “Tenemos la esperanza de que, a pesar de las reticencias del Gobierno a cambiar las reglas del juego, en los próximos años se pueda crear empleo tanto a nivel industrial como de mantenimiento de las plantas y sectores relacionados”.
Para la siguiente década, habrá un fuerte desarrollo de la energía fotovoltaica, pero que haya un mayor nivel el autoconsumo todavía genera dudas. Para Javier Revuelta, consultor principal de Poyry Management Consulting, “las cuentas no salen”. “Incluso si el Gobierno quita el impuesto al Sol, las cuentas no nos salen para que haya grandes instalaciones de autoconsumo. Vemos que en 2030 habrá un 2% o 3% de energía generada por esta vía”, apunta el experto. Para la próxima década, Revuelta no cree que muchos hogares se decidan a apostar por el autoconsumo, alrededor de un 10% de los ciudadanos.
El aporte del sector fotovoltaico a la economía
La moratoria ‘verde’ decretada por el Gobierno en 2012 ha hecho que en los últimos años se haya realizado una reducida instalación de nueva potencia, poco más de 120 megavatios entre 2014 y 2016. Pese a este freno, el sector reivindica su importancia en la economía: en 2015, la contribución directa del sector al PIB de España fue de 2.511 millones, un 0,23% del total. Además, de forma indirecta, aportó otros 290 millones, según un informe sobre el sector fotovoltaico en España elaborado por Deloitte.
El último informe anual de la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA) señala que de los más de 8.500 millones que sumó el sector renovable al PIB en 2016 (un 3,3% más que en 2015) un 32,3% fue contribución de los fotovoltaicos.
Además, el sector se enorgullece de dar empleo a más de 7.100 profesionales de forma directa y a otros 4.300 por efecto arrastre de la actividad en otros sectores de la industria. En total, el sector suma casi 11.500 empleos a nivel nacional. El informe de Deloitte destaca “la calidad y alta cualificación del empleo generado”, siendo un 83,6% fijo y un 78% de nivel de cualificación alta.
La contribución fiscal del sector en 2015 fue de 484 millones y destinó un 3% de la contribución sectorial al PIB a actividades de investigación y desarrollo, una cifra muy superior a la media española (1,2%).
Según las estimaciones de UNEF, si la capacidad de generación fotovoltaica aumenta entre 500 MW y 1.000 MW anuales en grandes instalaciones y entre 150 MW y 300 MW anuales en pequeña generación distribuida hasta 2025, la reactivación de la actividad industrial y del sector sumarían 17.000 puestos de trabajo directos y sumaría al PIB sectorial más de 4.000 millones.