Entre los meses de enero y septiembre, la entidad hasta hace poco catalana cosechó ganancias por 653,8 millones de euros, pese a una caída del 0,5% en margen de intereses, reflejo del más puro negocio bancario del grupo. Un punto de partida relativamente cómodo -según los analistas del sector- para alcanzar esta marca. Sin embargo, habrá que lidiar con un cuarto trimestre que tradicionalmente suele ser más frágil en las cuentas de la banca. Además, en este periodo el grupo ha tenido que digerir la crisis política de Cataluña y el consiguiente impacto en su red de clientes.

Ahora que el banco ha anunciado la recuperación de posiciones similares a las de antes del referéndum secesionista, gracias también a su mudanza desde Barcelona a Alicante, los analistas siguen apuntando hacia su activo proceso desinversor como clave para asegurar la prometida conquista amén de la mejora de volúmenes y el descenso de costes de clientes. Y es que, en lo que sí que ya ha cumplido ha sido en resolver antes de fin de año el destino de su filial de inversión hotelera HI Partners, con la que ha conseguido 55 millones de plusvalías directas a la cuenta de resultados.

Este ha sido un paso decisivo en su proceso de venta de unidades no estratégicas por el que ha conseguido ingresos por 631 millones de euros. Sin embargo, la desinversión hotelera del Sabadell sigue en marcha y hace una semana se anunciaba, sin detalles económicos, la venta del emblemático Eurostars Asta Regia de Jerez a Grupo Hotusa. El proceso ha estado guiado en su fase más crítica por los asesores de Lazard, que llegaron a tantear una posible salida a Bolsa de HI Partners, si bien finalmente se optó por la venta a Blackstone.

Antes se habían producido otras dos grandes operaciones dentro del proceso de desinversión y saneamiento de balance iniciado por el Sabadell: la venta de su filial minorista en EEUU y de una cartera más de préstamos. La primera operación se resolvió en julio con IberiaBank por 848 millones de euros, una cifra de la que 402 millones fueron a parar al balance del vallesano por plusvalías y beneficios acumulados por la filial hasta entonces. La segunda, con el fondo Bain Capital, supuso la salida de 364 millones en préstamos fallidos bilaterales y de primer grado formalizados en España y concedidos a operadores hoteleros, promotoras inmobiliarias, centros minoristas y activos inmobiliarios terciarios.

EMISIONES FUERA DEL BONO BASURA

Una desinversión menor para las cuentas del banco que preside Josep Oliu en este ejercicio ha sido la de Abengoa. La entidad se convirtió en accionista de la antigua gigante sevillana de las renovables en el marco de su plan de salvamento financiero y, como el grueso de sus compañeros de sector, aprovechó para liquidar posiciones en la cotizada tan pronto como estas fueron líquidas. Un paquete inversor indeseado equivalente a un 3,17% del capital de la andaluza.

También se ha cerrado en el tercer trimestre del año la operación de reaseguro de BanSabadell Vida. Un acuerdo que se formalizó con Swiss Re sobre la cartera de seguros individuales de vida-riesgo del grupo a cambio de una comisión de 683,7 millones de euros. En este caso, las plusvalías también se destinaron a dotaciones extraordinarias por su valor bruto, según informó el vallesano.

El empujón final a estos procesos se torna clave porque, además, el grueso de los ingresos conseguidos en operaciones previas (más de 1.000 millones de euros) se ha destinado a dotaciones extraordinarias para incrementar la cobertura de los activos problemáticos que permanecen en balance. Así, al cierre del tercer trimestre se alcanzó una ratio del 51,5% desde un 48% anterior y se superaba la cota de 1.700 millones marcada por su plan de negocio, con lo que aquí quedaría también ya cumplido el objetivo. La entidad explicó también que además de tener menos peso de suelo en su cartera inmobiliaria, las ventas se habían producido con una ganancia media del 2,6% y no se preveía que a futuro hubiera que asumir pérdidas en el ladrillo del que se sigue desprendiendo.

Estos pasos por caja han paliado la debilidad de los ingresos por intereses fruto del entorno de tipos bajos promovido por los grandes bancos centrales. Junto con ellos, la emisión de nuevos títulos de deuda de mayor solvencia ha ayudado a que la agencia Standard & Poor¿s (S&P) haya sacado al Sabadell de la categoría de bono basura.

Desde que empezó este año, en el que la entidad descartó participar en ninguna operación corporativa, se han emitido 1.150 millones de euros en bonos contingentes convertibles (CoCos) a través de dos colocaciones espaciadas por seis meses entre los que se produjo la mejora de rating. Estos títulos tienen la consideración de capital de nivel 1 adicional, según los criterios del Banco Central Europeo (BCE), que dio su visto bueno a ambas operaciones.

Antes, el ahora alicantino había encontrado dueño para cédulas hipotecarias a diez años por otros 1.000 millones. Por si fuera poco en este capítulo, la desinversión en HI Partners también se traduce en 22 puntos básicos de solvencia adicional, según cálculos de la entidad de cara al cierre de un ejercicio que ya toca a su fin.