Los directivos, liderados por el actual consejero delegado del grupo, Federico Ávila, cuentan con el respaldo de un fondo de inversión y han manifestado su disposición a asumir alrededor de un centenar de trabajadores de la compañía actualmente en concurso de acreedores.
Por ello, según dichas fuentes, la administración concursal de la empresa ha considerado que esta particular operación de 'management byout' constituye la mejor oferta y la más viable para la venta del negocio en España.
El resto de los activos de la compañía, fundamentalmente los que tiene en el exterior, continuarán con su proceso de desinversión y liquidación.
En cuanto a la venta de los activos en España, el equipo directivo se queda con una cartera de 140 proyectos de obra civil, infraestructuras e instalaciones.
Entre ellas figuran trabajos como obras de construcción de tramos del AVE a Galicia, la ampliación del hospital de Guadalajara y la presa de Almudévar, en Huesca, una de las mayores obras hidráulicas actualmente en marcha en el país.
Para acometer estos trabajos, los directivos han mostrado su compromiso de quedarse con alrededor de un centenar de trabajadores, alrededor del 17% de los 575 que quedan en la empresa tras los últimos ajustes.
La administración concursal de Isolux inició hace unas semanas un proceso de ERE para todos los trabajadores que no se queden quienes se compren los distintos negocios de la empresa. Se trata de un ajuste de afectación total con ejecución diferida en fases, por el que los empleados irán saliendo de la compañía de forma escalonada, en función del ritmo de liquidación de sus activos.
BOLSA DE TRABAJO
No obstante, la propuesta de compra de los directivos contempla articular una bolsa de trabajo con estos trabajadores, con el fin de dar prioridad a su contratación en caso de requerir más personal.
Según dichas fuentes, el objetivo final de la propuesta de compra es conformar una 'nueva Isolux', relanzando la compañía desde sus orígenes, como empresa constructora en el mercado doméstico.
Con este primer acuerdo de venta, la administración concursal da un primer paso en el plan de desinversión de los negocios productivos viables de Isolux que lanzó el pasado mes de septiembre, dos meses después de que la compañía finalmente se viera abocada al concurso.
El grupo de construcción e ingeniería se acogió al concurso tras dos años de negociación con los bancos acreedores y un año después de que estas entidades trataran de rescatar la empresa tomando el control de su capital. La firma quebró con un agujero patrimonial de 802 millones de euros y una deuda financiera de 1.270 millones, además de adeudos a proveedores de 405 millones.
Se trata de uno de los mayores concursos los últimos años, con más de 2.000 acreedores, lo que llevó al Juzgado de lo Mercantil número 1 de Madrid a ampliar los plazos habituales de estos procedimientos.