Los más jóvenes del lugar no lo recordarán y, probablemente, algunos de los más mayores tampoco. Pero en la memoria de quienes hemos nacido y vivido en Madrid está una pequeña cadena de cafeterías que surgía a mediados de los ochenta, y que durante una década plantó cara al Vips: Bob’s.
Un conjunto de establecimientos que logró alcanzar las siete tiendas en Madrid. ¿La primera? En la Glorieta de Quevedo. Algunos establecimientos estaban en zonas ‘prime’ como la calle Serrano; pero, sobre todo, en ubicaciones de segundo nivel. Establecimientos que tenían una cafetería, que también contaba con una pequeña tienda en la que se podían comprar regalos, prensa, etc. en algunos de sus centros.
Es decir, era casi una réplica del Vips en la que un menú del año 1995 costaba 1.185 pesetas. Algo más de seis euros -para aquellos que ya no se manejen en la antigua moneda-. Lo que nadie sabía por aquel entonces era que ese parecido en el formato y en el nombre tenía una explicación lógica. Su propietario era el mismo.
El grupo que lidera Plácido Arango siempre tuvo en su ADN compaginar el desarrollo de su marca estrella, VIPS, con la gestión de otros establecimientos de restauración. Para ello, y en pleno auge de su producto más conocido en el Madrid de los 80, Sigla optó por evitar la entrada de nuevos actores en el terreno de las cafeterías creando su propia competencia: Bob’s.
Según las últimas cuentas disponibles de la sociedad que lo gestionaba, Bob’s Cafeterías, y que ya está extinguida, llegó a alcanzar unas ventas de algo más de siete millones de euros, según datos del Registro Mercantil.
Competía directamente contra Vips
De hecho, el propio grupo decidía a mediados de los 90 poner fin a la aventura de Bob’s. Una decisión que se adoptaba, según reconocían los directivos de la época, a que se había convertido en un modelo que competía directamente contra VIPS.
Así que el hermano mayor decidió comerse al chico fruto de la rivalidad y de la caída del consumo provocada por la crisis del 92. En aquel entonces el grupo optaba por frenar su expansión, recentralizar el modelo de negocio, y prepararse para volver a la expansión en 1997.
Muestra de ello es la evolución del cierre de Bob’s. Por marcar algunos hitos, se puede comprobar cómo en 1995 cedía el local de Serrano a Vips. El 1 de enero de 1996 se publicaba la disolución de la sociedad, y la cesión del activo y el pasivo a Sigla, S.A., la matriz de Vips y único accionista de la cafetería que iba en camino de desaparecer. Un año más tarde, se ordenaba la liquidación de la compañía.