La aseguradora ya ha contratado los servicios de un banco de inversión para la venta de su filial en Nueva York y está dando "los pasos necesarios" para su salida "ordenada" de Nueva Jersey, Kentucky, Tennessee e Indiana, donde buscará traspasar el negocio a operadores de seguros "allá donde sea viable".
La compañía ha decidido centrar su negocio estadounidense en aquellas zonas que considera "claves", entre ellas Massachusetts, Rhode Island, New Hampshire, Vermont, Maine y California, y dejar Nueva York y Nueva Jersey por la elevada regulación y número de litigios (con abundantes fraudes en protección contra daños personales) y el alto ratio de gastos de gestión de siniestros.
En el caso de los estados de Indiana, Kentucky y Tennessee, la decisión de Mapfre de salir de ellos se basa en el bajo grado de automatización y en que no puede resultar competitiva.
Al mismo tiempo, la aseguradora simplificará la estructura de su negocio en Estados Unidos, reduciéndola de cuatro a tres regiones (Nordeste, Este Central y Oeste).
Mapfre también hará cambios en su estructura internacional, de forma que a partir del 1 de enero sus áreas EMEA y APAC se integrarán en la nueva región Eurasia con el objetivo de optimizar sus operaciones en Europa y Asia. En Latam Norte, Mapfre creará una nueva subregión, con todos los negocios de América Central y República Dominicana.
La compañía ha destacado que está cumpliendo los objetivos financieros recogidos en su plan 2016-2018, con una tasa anual de crecimiento compuesto (TACC) de aproximadamente el 5% y un 'pay-out' de entre el 50% y el 65%, y ha señalado que su modelo de negocio "garantizará un crecimiento rentable sostenido en los próximos años".