"I was of a feeling it was out of control" Bono
Este jueves, mientras media España disfrutaba de un puente-acueducto, España se financiaba a seis meses a tipos negativos y a cinco años a 0,45%. Hay que irse a 2014 para encontrar un cupón de 4,7%. El tipo medio al que se financiaba la deuda en circulación era del 4%. Hoy, es de un 2,6%. Ese enorme ahorro en intereses de la deuda ha supuesto que, solo en 2017, el Estado tenga 2.000 millones de euros menos de coste de deuda.
El Tesoro está aprovechando la enorme liquidez del Banco Central Europeo para financiarse a más largo plazo y menor coste, lo cual tiene todo el sentido. Afortunadamente, el gobierno está usando este periodo para lo que sirve, para cercenar el déficit, que ha pasado del 10% del PIB al 3% estimado para 2017.
Si hubiésemos llevado a cabo la política de la cigarra que nos exigen los populistas, hoy estaríamos en una situación peor de cuentas públicas y encima nos encontraríamos sin herramientas para cuando suban los tipos. Imaginen si hubiésemos “relajado el déficit” (endeudarse todavía más) mientras los tipos están bajos, en qué niveles de recortes nos meteríamos cuando suban los tipos. Porque el invierno llega.
¿Qué clase de economía, inversiones o cuentas públicas son esas que son inviables si los tipos suben de 0% a 0,5%?
Ahora, no nos lancemos a tirar cohetes. Con un modestísimo ajuste, la deuda pública sigue a niveles del 98,35% del PIB, aunque se haya reducido desde el 100,4%, cuando alcanzó máximos. España ha reducido sus necesidades de financiación netas a mínimos de diez años y la confianza en la capacidad de repago se ha reestablecido. Pero el ahorro en intereses no puede usarse para gastar en aumentar desequilibrios, porque luego el agujero es mucho mayor.
No es cierto que toda la bajada de prima de riesgo se deba a la política del Banco Central Europeo. Les recuerdo que en 2011-2012 el mayor tenedor de bonos soberanos de España era el BCE y los tipos estaban a mínimos de décadas y las primas de riesgo se disparaban. Pero no podemos ignorar que emitir bonos a tipos reales negativos hasta a 10 años no es normal, y que hay que hacer los deberes a toda velocidad antes de que esto cambie. Porque cambia. Y el golpe puede ser brutal.
Se acaba 2017 y la enorme burbuja de bonos ha seguido aumentando, promovida por los bancos centrales y sus mal llamadas “políticas expansivas”, como explico en La Gran Trampa (Deusto).
Si usted compra hoy bonos estatales de la Unión Europea, se encontrará con cosas tan “normales” como que:
- El bono a 10 años de Portugal o Italia cotiza con casi la misma rentabilidad exigida (riesgo) que el bono de Estados Unidos, ajustado por inflación.
- Los bonos a dos años de la mayoría de los estados europeos cotizan con rentabilidad casi inferior al -0.4%, el tipo de depósito del BCE. Es decir, si aparcas el dinero en el BCE es más rentable comparado con el riesgo que invertirlo en bonos a dos años.
- Solamente en Europa, casi cutro billones de dólares de bonos cotizan con rentabilidad negativa, es decir, paga usted por prestar a los emisores.
Esto no sale gratis. El “ahorro” de los endeudados se hace a costa de los ahorradores, y además se obliga a los inversores más conservadores a invertir con mayor riesgo y menor rentabilidad. No es un juego sin riesgo. Puede implicar enormes pérdidas nominales y reales en las pensiones y ahorros de los ciudadanos.
Ahora que la inflación va clavando sus garras poco a poco, nos encontramos con un entorno en el que la desconexión entre tipos de interés y realidad económica no solo genera enormes burbujas, sino que pueden convertirse en sistémicas si no somos conscientes de la locura en la que vivimos, con los tipos a los niveles más bajos en más de 3.000 años.
Muchos me dicen que, si suben los tipos, las hipotecas subirán y la economía sufrirá ¿de verdad? ¿Qué clase de economía, inversiones o cuentas públicas son esas que son inviables si los tipos suben de 0% a 0,5%?
Reducir los desequilibrios
Este entorno no es una anomalía, o una locura de mercado. Es una política consciente por parte del Banco Central Europeo y los gobiernos que lo alientan y que se saldará con un pinchazo de consecuencias imprevisibles.
Es por eso por lo que es tan importante reducir los desequilibrios antes de que sea demasiado tarde. Cuando suban los tipos, si tenemos unas cuentas saneadas y mejor crecimiento -las dos cosas son esenciales-, podremos seguir creciendo y financiándonos a tipos muy atractivos. No olvidemos que España ya tuvo la prima de riesgo por debajo de Alemania sin “gas de la risa monetario”.
Lo que no podemos hacer es ignorar el riesgo y lanzarnos, como propone un porcentaje peligrosamente alto de nuestros partidos políticos, a destruir nuestra credibilidad crediticia y nuestra capacidad de financiación con su obsesión de volver a la burbuja.
Nos encontramos en un periodo extremadamente peligroso. Se ha dado tiempo para fortalecer la economía y lo que piden muchos es más madera.
El Banco Central Europeo no regala tiempo. Se hace a costa de los ahorradores. No regala dinero, es un préstamo.
Si seguimos con la solidaridad con el endeudado y la penalización del ahorro, la próxima crisis no va a traer “recortes”, sino hachazos. El que le diga que no va a ocurrir y esta vez es diferente, no solo miente, sino que lo hace porque se beneficia pase lo que pase con todos nosotros.