“Es una evolución revolucionaria o una revolución evolutiva”. Son las palabras de Antonio Grande Martín, director de Ventas de Redes Móviles de Nokia. Y se refiere al 5G, la próxima generación de la conectividad en ciernes que será la base de una de las mayores transformaciones tecnológica de las últimas décadas. El Gobierno ya ha dado el pistoletazo de salida, con la subasta de algunas frecuencias, la reorganización de otras y una consulta pública sobre el espectro que ahora ocupan las TDT, la banda de 700MHz.
EL ESPAÑOL ha reunido en el Foro Oportunidad del 5G para España, organizado junto a Cellnex Telecom, Ericsson, Nokia y ZTE, a los que serán los grandes artífices de la implantación de esta tecnología. Y todos coinciden en lo mismo: su desarrollo será progresivo (los primeros servicios comerciales no llegarán antes de 2020) y necesitará de la colaboración de todos los actores. Además, serán imprescindibles casos de uso previos con los que otorgarle sentido a su despliegue en el futuro.
Las tres grandes ventajas del 5G
La realidad es que el 5G es una tecnología que ya está sobre la mesa. El Gobierno ha planteado un plan para su despliegue en los próximos años. Pero, ¿qué ventajas va a suponer en la red y en las conexiones de los ciudadanos, las empresas y las administraciones?
Todos los actores señalan tres grandes ventajas. La primera tiene que ver con la capacidad de la red con la que asumir un tráfico de datos cada vez más alto por la incorporación de lo que se denomina el ‘Internet de las Cosas’ (hogares, vehículos o industrias conectadas). “Las previsiones de crecimiento de tráfico aseguran que en diez años se multiplicarán por 10 y hay algunos estudios que el factor lo colocan en cien; absorber eso en la red es un reto enorme”, explica Yago Tenorio, el español que dirige toda la red del Grupo Vodafone.
Hay otras dos ventajas más. Una velocidad mayor de las conexiones y, sobre todo, una latencia inferior. ¿Qué significa esto último? Un menor tiempo para transmitir un paquete de información dentro de la red.
¿Por qué la 5G cuando aún hoy se está desplegando el 4G por la mayoría de los operadores de telecomunicaciones? “Comercialmente es una propuesta superatractiva y permite diferenciar los servicios de clientes; el 3G y el 4G es para humanos y el 5G para las máquinas”, apunta Ignacio Fumanal, responsable de Tecnología del fabricante de tecnología chino ZTE para el sur de Europa.
“Evolución paulatina”
Una de las grandes dudas en torno a la llegada de esta tecnología tiene que ver con la irrupción y la velocidad de implantación. En este sentido, Tenorio apuntaba que la evolución será de una manera “progresiva y paulatina”.
¿En cuanto llegue el 5G vamos a tener 100Gb? No, habrá un pequeño escalón y veremos una evolución paulatina
“Cuando lanzamos el 4G, la velocidad típica eran 20 megas y ahora la red da más de 1Gb… ¿En cuanto llegue el 5G vamos a tener 100Gb? No, habrá un pequeño escalón y veremos una evolución paulatina”, apuntaba el directivo español, quien recordó, además, que el 5G necesita tener por debajo 4G para funcionar.
Colaboración de todas las partes
En este contexto, hay un cierto consenso sobre la necesidad de colaborar entre todas las partes. “Es importante que se compartan infraestructuras para que los operadores tengan más recursos para el despliegue de nueva red; que cada uno se dedique a su ‘core business’: nosotros a gestionar esas tecnologías y ellos al despliegue”, apunta Antonio Liria, director de negocio de DAS y Servicios de Infraestructuras de Telecomunicaciones en Cellnex Telecom.
Liria llama a que España se conjure para liderar esta tecnología en Europa: “Debemos conseguir que nuestra economía se visualice mejor en Europa y en el mundo”.
“La clave es que no se paren las máquinas”, explica Fumanal (ZTE). “Los fabricantes estamos en manos del regulador y operadores porque son ellos los que tienen la materia prima: el espacio radioeléctrico”.
Con todo, el escenario no es fácil para ninguno de los actores. Así lo asegura Javier Gutiérrez, director de Desarrollo de Red de Telefónica España, quien describe tres características del ecosistema que lo hacen todo más complejo. El primero, la velocidad: “Los ciclos tecnológicos son más rápidos y tienes que correr más”. El segundo, el mantenimiento de diferentes herramientas: “Conviven en el tiempo y el ejemplo más claro está en el 2G y 3G que todavía no las hemos apagado y aún estamos desplegando 4G”. ¿Y el tercero? “Los servicios son cada vez más sofisticados”, apunta.
En este punto, Gutiérrez apuesta por aunar los intereses de todos y desarrollar un ecosistema en que cada uno (operadores, fabricantes de la tecnología, empresas de servicios y usuarios) tengan su propio papel. Así, reconoce que la creación de redes abiertas “es sano porque fomenta la competencia y se contribuye a depurar la tecnología y el producto” entre todos. Sobre ello, Liria aseguraba que Cellnex están “muy cómodos” con esa compartición de infraestructura entre todos los actores.
Casos de uso necesarios
Junto a estos dos grandes pilares, todos los actores suman un tercero que debe ser imprescindible para el desarrollo del 5G: los casos de uso. En este sentido, Gutiérrez (Telefónica) advierte de que no puede suceder como en la implantación del 3G: “El 5G va a llegar pero vamos a poder empezar a probar casos de uso antes de la disponibilidad; debemos evitar que se convierta en una tecnología que busque desesperadamente casos de uso”.
Debemos evitar que el 5G se convierta en una tecnología buscando desesperadamente casos de uso
Así, Gutiérrez reconoce la necesidad de crear el ecosistema antes de tener la herramienta: “El iPhone se encontró en 2007 con las redes desplegadas, pero las primeras subastas [de espectro] de 3G llegaron como siete años antes”. En este sentido, el director de Ingeniería de Orange España, José Sánchez de Rojas, apunta que la existencia de esos casos de éxito verticales en industrias como la automoción “que de verdad pidan y necesiten servicios diferentes, de muy baja latencia y de ancho de banda muy grande” es clave.
“La tecnología ‘per se’ no es un sinónimo de éxito; es importante que una vez que sabemos lo que se puede hacer, modelarlo y aproximarlo comercialmente para implementarlo de manera exitosa”, apunta Grande (Nokia), quien cree que la mejora que acarree debe ser realmente apreciada por el usuario final para que tenga sentido.
¿Y qué papel tiene la administración en esta fase de búsqueda de casos de éxito? Fumanal (ZTE) llama al sector público para que haga “llamadas a hacer proyectos piloto” por operadores y otras empresas en diferentes espacios comerciales durante los próximos años.
La tecnología ‘per se’ no es un sinónimo de éxito; es importante que una vez que sabemos lo que se puede hacer, modelarlo y aproximarlo comercialmente para implementarlo de manera exitosa
Los plazos en los primeros usos
¿Cuáles son los plazos que hay ahora sobre la mesa? Estos primeros casos de uso deberán llevarse a cabo a partir del primer semestre de 2018. Tenorio (Vodafone) asegura que los primeros lanzamientos comerciales no llegarán por parte de las operadoras de telecomunicaciones antes de los dos próximos años.
Estos casos de uso deberán plantear también qué modelo de negocio tendrán detrás para poder financiar los despliegues. “Hay muchas necesidades dentro del mercado y desde el punto de vista económico serán sostenibles o no”, explica Juan Carlos Montes, de la tecnológica Aldesa Soluciones Tecnológicas. En este sentido, Fumanal (ZTE) lo tiene claro: “Detrás de cada caso de negocio estará qué espectro necesitará porque eso hay que pagarlo; toda la presión que recibe el operador por el pago de espectro la recibimos nosotros detrás”. Y en el futuro, el reparto será como sigue: “El 20% de las aplicaciones van a ocupar el 80% del dinero disponible del mercado para financiar todo esto”.
Por ahora no hay un estándar del 5G, pese a que su desarrollo lleva sobre la mesa varios años. Los planes: que esté concluido en el primer semestre del próximo año. Es lo que hace que hoy por hoy esas primeras pruebas deban apoyarse en el 4G y en la infraestructura actual. “Son tecnologías complementarias”, apunta el responsable de Tecnología (CTO) de Ericsson España, José Alonso Rubio, quien reconoce que el gran beneficiado del 5G va a ser el llamado ‘Internet de las Cosas’, que exige conectar muchos terminales. “Lo que va a traer serán casos de IoT críticos, como el manejo remoto de maquinaria, por ejemplo, en una mina, donde se necesite una latencia más baja”, apunta.
¿Y en qué frecuencias?
Donde hay más diferencias entre los actores es en la elección de las frecuencias mejores para los despliegues de esta nueva tecnología. Gutiérrez (Telefónica) señala las tres grandes opciones: bandas bajas, ideales para despliegues masivos; bandas de 3,5Ghz, con mucha capacidad pero sólo para casos de usos específicos, y bandas milimétricas, con poco alcance y una gran capacidad. “Todas son necesarias”, apunta.
El 20% de las aplicaciones van a ocupar el 80% del dinero disponible del mercado para financiar todo esto
Sobre ello, Tenorio (Vodafone) apunta que la ideal es la banda de 3,5Ghz. “Es suficientemente grande para acceder a anchos de banda grandes y suficientemente alto”. ¿Y las bandas milimétricas? “Cuando ves cómo se propagan te dan ganas de llorar; [la señal] no pasa a través de un árbol con hojas”.
El coche conectado y la ciudad inteligente
Más allá de la infraestructura tecnológica, ¿en qué usos trabajan algunas de las empresas? Ecoembes, la empresa de reciclaje, señala las posibilidades de medir la calidad de los residuos en sus 90 plantas de tratamiento, según explicaba Fernando Sanz, especialista en Smart City en la compañía. O la posible distribución de contenedores inteligentes para los hogares con los que asegure al usuario qué tiene que hacer con el envase y se pueda, incluso, asociar a cuentas para recibir el aviso por la falta de ese producto en la despensa.
Por su parte, Alberto Pascual, director ejecutivo Ingram Micro Madrid, señaló tres ejemplos de uso: la optimización de rutas de los camiones de recogida de residuos teniendo en cuenta cómo de llenos están los contenedores; los tests remotos del sida a través de dispositivos ‘wearables’, o la utilización de drones como sensores de polución en las ciudades.
¿Y en el coche? La industria de la automoción, con el desarrollo a medio plazo de los coches autónomos y conectados, será una de las grandes beneficiadas. Javier García, cofundador y responsable de tecnología de Carmedia Solutions, asegura que permitirá innovar en servicios y productos para el vehículo: pantallas para la reproducción de vídeos 4K o un sistema de autonomía. Cree que el coche se convertirá en "la quinta pantalla".
Con todo, queda aún mucho camino por recorrer para conquistar el 5G, esa tecnología que representa una evolución revolucionaria o una revolución evolutiva.