Sin embargo, seguirá prestando a las empresas con proyectos de energía renovable y a nuevos clientes cuya dependencia del carbón sea inferior al 10 por ciento, siempre que tengan una estrategia en marcha para reducir ese porcentaje a cero de aquí a 2025.
El banco también dijo que no otorgará préstamos a centrales térmicas de carbón individuales en este periodo.
La medida supone un cambio de ritmo en los esfuerzos de ING para favorecer la transición mundial hacia una economía baja en emisiones pactada en París en 2015 en el acuerdo global sobre cambio climático. Coincide además con la iniciativa de un grupo de importantes inversores de someter a más presión a los principales emisores de gases con efecto invernadero.
"Somos conscientes de que contribuir al Acuerdo de París tiene que ver también con elegir claramente lo que no vamos a seguir financiando, sobre todo cuando hay buenas alternativas disponibles", dijo en un comunicado el vicepresidente de ING, Koos Timmermans.
"Estamos tomando este paso decisivo en el marco de nuestra ambición general de apoyar la transición energética".
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, organiza una cumbre climática esta semana en la que presionará a los países ricos para que aumenten la financiación contra el cambio climático. La aseguradora francesa AXA dijo el martes que cuadruplicaría su inversión en proyectos respetuosos con el medio ambiente en 2020 hasta los 9.000 millones de euros ($10.600 millones) y que seguiría desinvirtiendo en la industria del carbón.