La banca se enfrenta a numerosos riesgos en los próximos años. Ya no sólo por el hecho de luchar por la rentabilidad en un entorno de bajos tipos de interés. También por la enorme cantidad de regulación que tendrá que ir implementando en los próximos años, y hasta 2027 cuando entrará en vigor la recientemente aprobada norma de Basilea III.
“Aplicar toda esa regulación es el gran reto” que tiene el sector financiero, según confiesa el presidente de la patronal bancaria AEB. Para José María Roldán desde 2007 se ha ido creando una gran cantidad de norma destinada a “prevenir crisis y evitar la retroalimentación de riesgo soberano y riesgo financiero; así como la renacionalización del mercado financiero”.
Revisar la normativa
Esto va a generar que los bancos dediquen buena parte de sus esfuerzos a la aplicación de unas normas que, seguramente, en los próximos años requerirán que “el automóvil regulatorio tenga que pasar más veces por el taller que antes”. No tanto para crear nuevas leyes, sino para “ajustarla” y acabar con posibles efectos indeseados de la norma.
Todo ello en un momento en el que Europa debería avanzar hacia la Unión Bancaria. Un proceso que para Roldán se ha paralizado con la mejora de la economía, pero que debería retomarse ya que “la Unión Bancaria a medio cocinar no sirve de nada. Debe avanzarse para evitar repetir errores que trajeron la crisis”.
Una reflexión que ha lanzado en el 13 encuentro del Sector Bancario organizado por el IESE y EY, en el que también ha alertado de los riesgos de la banca en la sombra. A su juicio, si no se ajusta la normativa y se toman las precauciones debidas “los riesgos de la próxima crisis vendrán precisamente por la banca en la sombra”.
¿Qué es?
Hablamos de hedge funds, fondos inmobiliarios y vehículos de inversión fuera de balance, que actúan como si fueran bancos pero sin serlo y que no están ajustados a la normativa bancaria. Por eso el presidente de AEB reclama -una vez más- en que “con la misma actividad y los mismos riesgos, haya igual regulación y supervisión”.
Además Roldán ha vuelto a insistir en la importancia que tendría para España reducir las exigencias de resolución. Es decir, el colchón anticrisis, y que es equivalente al 27% de los activos ponderados por riesgo.
Sea como sea, Roldán se ha mostrado optimista de cara a futuro, sobre todo en el momento en que empiecen a normalizarse los tipos de interés. La banca española tiene un coste de capital cercano al 10%, y su retanbilidad está en torno al 7%. Esto “garantiza que con la recuperación de tipos tendremos una banca muy rentable”, ha sentenciado.
Algo que será muy positivo de cara a los próximos años para financiar las necesidades de capital de empresas y familias. Y por ello también se necesitaría avanzar en la Unión del Mercado de Capitales. Un proceso en el que “el rol de la banca es acompañar al cliente. Hay que ser realista en cuanto a las dificultades que puede tener”, sentencia.
Esa Unión de Mercado de Capitales debería servir para conseguir que el sistema financiero no sea el principal financiador de las empresas, y que -poco a poco- se consiga diversificar la base de financiación entre el mercado de capitales y el crédito bancario.