La petrolera Cepsa ha presentado este jueves su primer informe sobre las perspectivas del sector energético de cara a la próxima década. El estudio, titulado Cepsa Energy Outlook 2030, busca posicionar a la petrolera en el caliente debate sobre la forma en que se debe abordar la transición energética. En el documento, la empresa expresa “su propia visión del mundo de la energía” para llevar a cabo un plan estratégico que “generará valor a la compañía”, ha destacado durante la presentación el vicepresidente y CEO de Cepsa, Pedro Miró.
La estrategia para la próxima década implica combinar la producción de energía tradicional como el petróleo y el gas para asegurar el suministro energético de sus clientes, con fuentes renovables como los biocombustibles o la energía solar y eólica. Esta visión persigue “impulsar la sostenibilidad y combatir el cambio climático”. Su plan para la próxima década contempla una inversión de 40.000 millones de euros y la petrolera, propiedad 100% del grupo Mubadala Investment Company, ultima su hoja de ruta. Este dinero, que se distribuirá en paquetes de cinco años, se destinará a nuevos desarrollos y energías renovables.
El informe “es la base del plan estratégico y la visión del entorno en que nos vamos a desenvolver en los próximos años y es la piedra angular de nuestro plan estratégico”, ha señalado Héctor Perea, director de Estrategia de Cepsa, que se ha encargado de explicar las principales conclusiones de cada uno de los bloques del informe. “A partir de aquí hemos hecho una revisión de nuestro plan estratégico con horizonte 2030 y estamos dando pasos ya en línea con esta visión”.
Para conocer con más detalle ese plan, el directivo de la petrolera añade que habrá que esperar unos meses, pero que se irán desvelando hitos a medida que avancen. Dos de ellos han visto la luz en las últimas semanas. A finales de octubre anunció su primer paso en el sector renovable con el desarrollo de un parque eólico de 28,8 MW de capacidad instalada con la inversión de 35 millones de euros. El proyecto se ubicará en Cádiz y se prevé que entre en funcionamiento para diciembre de 2018.
El otro es la alianza que firmó en noviembre con Adnoc, la petrolera estatal de Abu Dhabi, para desarrollar un nuevo complejo petroquímico en Ruwais, en Emiratos Árabes. Se trata de un proyecto valorado en 600 millones de euros que entrará en funcionamiento en 2021.
En el sector energético se ha mirado con suspicacia el giro hacia las renovables que ha dado la petrolera. Consultado sobre ello, si Cepsa no le ha visto “las orejas al lobo” con la transición energética que conlleva el paulatino abandono de los combustibles fósiles, la empresa ha asegurado que, para ellos, era “el momento de hacerlo”.
“En la última década hemos visto despegar la tecnología renovable y creemos que ahora que tiene una cierta madurez, era el momento para aproximarnos con más garantías. No creemos que sea tarde, sino el momento adecuado que encaja con nuestra estrategia y nuestra visión”, ha señalado Perea.
El petróleo, líder del mix en 2030
España, 2030. Los derivados del petróleo siguen formando parte del mapa energético del país, pero las renovables son las claras ganadoras, con el doble de producción eólica y solar de la que se tiene hoy en día. Esa es la visión que tiene Cepsa de la evolución del mercado en la próxima década, clave para la transición energética y la descarbonización de la economía como marcan los objetivos medioambientales fijados por la Unión Europea.
Según las estimaciones del informe Cepsa Energy Outlook 2030, presentado este jueves en Madrid, aunque se va a reducir el consumo de petróleo, seguirá liderando el mix energético español en la próxima década. Representará casi la mitad del consumo de energía primaria, seguido del gas (24%) y la energía nuclear (12%). Las tecnologías hidroeléctrica y de biomasa ganan terreno, pasando de un 8% del consumo de energía primaria a un 12% en 2030. Pero el claro salto será el de las renovables: la eólica y la solar pasarán de un 4% a un 9%, según la previsión de la petrolera.
Este impulso a las renovables vendrá de la mano de la demanda eléctrica, que representa un cuarto de la demanda energética española. La previsión que hace Cepsa es que España obtendrá el 60% de su mix de generación eléctrica de fuentes renovables para 2030. La capacidad instalada en eólica y solar fotovoltaica aumentará desde los actuales 23 gigavatios (GW) y 7 GW, respectivamente, a 47 GW y 29 GW.
Según el estudio, la demanda energética aumentará ligeramente durante los próximos años debido a la recuperación de la actividad económica y después volverá a caer. El nivel más alto de demanda llegará hacia 2020, con 84 millones de toneladas equivalentes de petróleo (Mtoe) en un escenario en que se aplican medidas de eficiencia. Sin estas medidas, el pico llegaría en 2025, con 93,1 Mtoe. “Para el año 2030, la demanda energética volverá al nivel de 2015 (81 Mtoe) para cumplir con los objetivos de eficiencia que marca la UE”, señala el estudio.
El transporte, un tercio de la demanda energética
Para la próxima década, el transporte representará la mayor porción de demanda energética, un tercio del total, pero “el transporte de pasajeros -incluyendo coches y aviones- será entre un 25% y 30% más eficiente de lo que es hoy en día”. El transporte de carga, sin embargo, se queda atrás en lograr una mayor eficiencia, aunque reducirá su intensidad energética en alrededor de un 15%. Esta mayor eficiencia disminuirá la demanda de combustible de uso en carretera en 1,7 millones de toneladas en los próximos años.
Para 2030, los motores de combustión seguirán dominando el parque móvil, representando un 96% de los vehículos en España. Se impondrá la gasolina al diésel, del que se espera que las matriculaciones caigan del 61% al 15%.
En cuanto al vehículo eléctrico, el crecimiento va a ser moderado pero continuo y su cuota de ventas se situará en un 15% del total frente a los niveles marginales que ostenta en la actualidad. Los coches híbridos ganarán terreno: Cepsa espera que al ser más competitivos y económicos se conviertan en la opción preferida para cumplir con los objetivos de emisiones que marca Europa y representen un 35% del parque total.