Las acciones ordinarias de la Petrobras BR eran vendidas a las 13.00 hora local (15.00 GMT) a 15,40 reales (unos 4,67 dólares), con una apreciación del 2,67 % frente a los 15,00 reales (4,54 dólares) con que fueron colocadas en el mercado.
Petrobras, su controladora, captó 5.024 millones de reales (unos 1.522,4 millones de dólares) con la venta de 334,9 millones de acciones ordinarias de la mayor distribuidora de combustibles de Brasil, que representan el 28,75 % del capital de la subsidiaria.
La oferta pública de adquisición de acciones (opa) de BR, concluida el pasado miércoles, fue la mayor de su tipo en el país desde 2013 y tuvo una demanda entre los inversores que dobló la prevista pese a que Petrobras sólo consiguió vender los papeles por el valor mínimo que exigía (15,00 reales).
El presidente de Petrobras, Sergio Parente, que participó en la ceremonia de apertura del capital del BR en la bolsa de Sao Paulo, afirmó que la operación ayudará a la mayor empresa de Brasil a cumplir tanto su plan de venta de activos para los próximos dos años como su plan de inversiones para el próximo quinquenio.
"Vamos a cumplir la meta que nos propusimos de vender activos por 21.000 millones de dólares hasta finales de 2018", afirmó el ejecutivo.
Parente admitió que la apertura del capital cambia "inevitablemente" la relación entre la petrolera y su distribuidora ya que la BR necesitará de una mayor autonomía en su gestión para "buscar mejores resultados, competir en igualdad de condiciones con las otras distribuidoras y garantizarle ganancias a los inversores".
La apertura del capital de BR fue aprobada hace dos años por el Consejo de Administración de la estatal pero el proceso se mantuvo estancado varios meses debido a que la petrolera intentó inicialmente encontrar un socio para venderle parte de la compañía.
El valor de mercado de BR, fundada en 1971 y con cerca de 7.000 puestos de distribución en todos los estados de Brasil, fue calculado en 2015 en 10.000 millones de dólares por los analistas de la UBS Securities.
La venta de parte de la distribuidora forma parte del plan de desinversión puesto en marcha por la compañía para hacer frente a la crisis provocada por la caída de las ganancias, la elevación de la deuda y las dificultades de captación.
Dicha crisis se agravó por el gigantesco escándalo de corrupción del que la empresa es protagonista y que, según los cálculos de Petrobras, le originó pérdidas por cerca de 2.000 millones de dólares.