Así esquivé el 'timo' de un 'broker' que me ofrecía rentabilidades del 10%
Ofrecen rentabilidades del 10% y se hacen pasar por la CNMV.
18 diciembre, 2017 01:10Lunes, diez y media de la mañana. Suena mi teléfono móvil. Respondo y al otro lado de la mañana un caballero me dice: “buenos días, le llamo del comisionado de valores, quería hablar con usted sobre asesoramiento financiero para invertir en Bolsa”.
Se inicia entonces un diálogo de besugos en el cual yo no salgo de mi asombro:
- “¿Me llama del comisionado de valores? ¿Quiere decir de la Comisión Nacional del Mercado de Valores?”.
- “Sí. Eso es. Del Mercado de Valores. Queríamos ayudarle a mejorar su forma de inversión, y ayudarle a que tenga una buena rentabilidad”.
- “No lo entiendo. Si la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) no puede hacer recomendaciones. Está prohibido”.
- “Es que no somos la Comisión. Trabajamos con ellos. Somos un bróker y si me lo permite, querría ofrecerle una propuesta que le puede dar un 10% de rentabilidad mensual”.
Empiezan las sospechas
Alucinado como estaba, y siendo consciente de que me estaba intentando meter un gol, opté por seguirle la corriente a ver hasta donde me llevaba la conversación. Así que le pedí que me llamara minutos más tarde para poder tomar buena nota de todo lo que me decía.
Puntual a su cita, el comercial hizo su trabajo y volvió a marcar mi número de teléfono. Ahí estaba él al acecho pensando que –por fin- tenía una víctima a la que iba a convertir en cliente de su plataforma.
- “Como le decía, puede usted conseguir una rentabilidad del 10% al mes. No me diga que no le puede interesar sacar esa cantidad a su dinero ahorrado”.
- “Pero para conseguirlo hará falta una inversión muy alta, imagino”.
"El mercado está caliente"
- “Desde 300 euros puede lograr esa rentabilidad. Aunque obviamente cuanto más invierta, más dinero conseguirá. Sólo necesita seguir nuestros consejos para aprovechar la oportunidad”.
“El mercado está caliente” me decía machaconamente. Así que le pregunté por cómo era el funcionamiento para conseguir semejante rentabilidades. El truco era sencillo: abierta la cuenta podía tener acceso a tutoriales y –sobre todo- a consejos permanentes de sus asesores.
Me explicaba que sus analistas me llamarían cada día a la hora que mejor me viniera. Eso y “media hora de trabajo en la plataforma al día es más que suficiente” para conseguir esa rentabilidad del 10%. Sólo necesitaba seguir sus expertos consejos.
Como mi interés iba en aumento pasamos a la segunda fase, abrir la cuenta en el portal. Le pedí que me dijera el nombre y ahí lo tenía: FXCMarkets.com. Ni idea de qué es. Me he pasado varios años haciendo información de mercados y jamás había oído hablar de ellos.
Contactar con la CNMV
“¿Seguro que estáis autorizados por la CNMV?”, le pregunté. Y su respuesta, tajante: “Sí. ¿No te fías?”.
Necesitaba tiempo, así que le dije que estaba trabajando y que me llamara más tarde. Hablé con la CNMV, les conté el caso, y me guiaron a través del buscador de entidades. Ahí estaba: FXCMARKETS, una entidad con una advertencia del CONSOB italiano. “Las compañías BT Systems y CRLink Limited no están autorizadas a operar en Italia por ningún medio, incluyendo la web FXCMarkets.com”.
Precisamente BT Systems es la empresa que aparece en las condiciones de servicio de la página a la que me había dirigido el comercial.
300 euros
A partir de ahí el camino estaba claro. Ver hasta dónde llegaba mi amigo comercial, y esperar a que la CNMV hiciera sus investigaciones. Veinticuatro horas más tarde volvían a la carga.
Su nuevo objetivo: abrir la cuenta. Así que empezamos el proceso: nombre, apellidos, email… Lo típico. Siguiente paso, la tarjeta de crédito. Si quieres seguir adelante hay que poner encima de la mesa el dinero. ¿Cuánto? Lo que uno quiera, “lo aconsejable” es un mínimo de 300 euros.
Nada de hablarme de cuánto se llevaban ellos de comisiones, ni del riesgo que tienen algunos de los productos que ofrecen (muchos de ellos complejos como los ETF). Ni siquiera planteaba la opción de que pudiera perder toda mi inversión. Claro, bastaba seguir sus consejos y aprovechar el momento. “El mercado está caliente”.
Se confirman las sospechas
Era mi momento, habíamos llegado al final. Volví sobre las autorizaciones de la CNMV, le conté la advertencia en Italia. Pero el comercial decía no saber nada. No dudo que no fuera verdad, seguramente no tendría ni idea. Así que zanjé la conversación.
Días más tarde la CNMV confirmaba nuestras sospechas. Se publicaba una advertencia al público de entidades no registradas. Y ahí estaba, FXCMarkets.com junto a BT Systems. Una sociedad que no puede ofrecer servicios de inversión en España.
Afortunadamente la avaricia no rompió el saco. Bueno, no sé si la avaricia, la falta de dinero, la aversión al riesgo o todo a la vez. Porque aunque muchos no lo crean, los que hacemos información de mercados no siempre queremos invertir en Bolsa.
Democratización de la Bolsa
Es cierto que Internet ha democratizado la Bolsa. Ha conseguido que el mercado de valores sea accesible para todo el mundo y no para una pequeña élite. Muestra de ello es la multitud de productos que han nacido en los últimos años, que se pueden operar desde casa con una conexión de ADSL o fibra y la inscripción en un bróker online. Incluso desde el móvil es cada vez más sencillo.
Nada que objetar a esa rápida expansión que ha llevado a que los foros de trading estén que arden, y que los consultorios bursátiles de los medios de comunicación se llenen de consultas para los expertos. Todo vale para intentar lograr consejo –o para hacer negocio- en virtud del lado de la pantalla del que te pongas: inversor, o asesor.
Falta de cultura
Pero en un país en el que la cultura financiera brilla por su ausencia, el cóctel inversión-facilidad es peligroso. La proliferación de anuncios y plataformas de dudosa reputación y fiabilidad ofreciendo pingües rentabilidades se ha convertido en un problema.
El desconocimiento de los mecanismos regulatorios y el atractivo de obtener grandes rentabilidades puede llevar a muchos a ponerse en manos de estas plataformas. Lo malo es que pueden terminar en la ruina y endeudados hasta las cejas.
Así que cuidado. Si recibe una llamada de este tenor, desconfíe. Si le ha pasado o conoce a alguien que le haya ocurrido algo similar, escríbanos a empresas@elespanol.com y cuéntenos su experiencia.
Y, por supuesto, si tiene dudas visite la web de la CNMV.