España ocupa el penúltimo lugar de entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en tasa de empresarios y empresarias incipientes, ya que solo un 3% de los hombres españoles y un 2,1% de las mujeres españolas lo son, según un estudio del Instituto de Estudios Económicos (IEE) a partir de datos de la OCDE.
La OCDE recalca en su reciente publicación 'The Missing Entrepreneurs 2017' la necesidad de fomentar el empresariado en aquellos grupos que tienen una presencia menor en el mercado laboral como las mujeres, los jóvenes, las personas mayores, los desempleados y los inmigrantes.
El análisis ofrece datos sobre la tasa de emprendedores incipientes o nacientes entre hombres y mujeres y desvela que en la OCDE hay una tasa media del 7,4% entre los hombres y del 4,9% entre las mujeres, según datos para el periodo 2012-2016. El promedio de los países de la UE es más bajo, llegando a un 5,3% entre los hombres y un 2,8% entre las mujeres.
Chile y México, los más emprendedores
Entre los países de la OCDE destacan las elevadas tasas de Chile y México, figurando a continuación una serie de naciones de la UE, todas ellas miembros recientes como Chipre, Estonia y Letonia. Estados Unidos cuenta con tasas altas tanto entre hombres como mujeres, con un 10,4% y un 9,0%, respectivamente.
Rumania, la República Checa, Luxemburgo, Irlanda y Hungría también logran situarse por encima del promedio de la OCDE. En el entorno del 7% de tasa de empresarios incipientes entre los hombres están Polonia, Lituania, los Países Bajos, Austria y Suecia.
A su vez, Alemania, Bélgica, Finlandia, Dinamarca y Francia ya se sitúan por debajo del 5%, mientras que España ocupa el penúltimo lugar en la clasificación de la OCDE. Sólo un 3% de los hombres y un 2,1% de las mujeres son empresarios incipientes en España.
Fomento de la cultura empresarial
Por ello, el IEE ve "evidente" que hay que apostar por una política decidida de fomento de la cultura empresarial y apoyo a la creación de empresas, ya que son las empresas las que crean el empleo que hace falta para seguir bajando las tasas de paro.
Desde hace una serie de años, la OCDE viene alertando sobre el problema que plantea la falta de espíritu emprendedor en las principales economías y aboga por una política inclusiva que apoye la creación de empresas y las actividades de autoempleo.
En este sentido, considera que las políticas deberían ir encaminadas a mejorar los aspectos regulatorios en la creación de empresas y facilitar el acceso a la financiación, entre otros, pero también se trata de fomentar la cultura empresarial en general y de acompañar a los empresarios en su nueva andadura mediante programas de formación y tutorías.