El cambio de gestor del Hotel Santa Catalina en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria sigue adelante. El Tribunal Administrativo de Contratos de Canarias ha frenado el intento de Pama e Hijos de revocar la adjudicación a Barceló del contrato de arrendamiento del histórico hotel canario que ganó el pasado mes de octubre.
El grupo del empresario Manuel Padrón se encargaba hasta la fecha de la gestión del emblemático hotel canario y se presentó al concurso que abrió el consistorio el pasado junio de la mano de la hotelera Riu, pero su oferta quedó por detrás de la de Barceló, que el Ayuntamiento consideró mejor desde el punto de vista económico y técnico.
En su recurso, Padrón pedía al órgano la anulación de la adjudicación y que se suspendiera el procedimiento de contratación al considerar que se habían producido incumplimientos en el fondo y la forma suficientes para exigir la nulidad.
En cuanto al fondo, el empresario estimaba que la oferta de Barceló “debió ser anulada” al no reflejar los importes que pretendía invertir y que le valieron la mejor puntuación de cara a la adjudicación. El grupo que co-preside Simón Pedro Barceló logró el contrato con un proyecto que implica la inversión de 24,5 millones en la modernización del establecimiento y el pago de un canon anual de 600.000 euros al consistorio. La oferta de Pama e Hijos y Riu, que fue la menor de las cuatro que quedaron finalistas en el concurso, planteaba una inversión de 17 millones de euros y un canon de 560.000 euros.
Respecto a la forma, Padrón consideraba que se había vulnerado el pliego del concurso al no haber realizado una notificación oficial del adjudicatario, habiéndose realizado este trámite con una entrega “en mano” de la decisión municipal.
En los pasillos de Barceló no había, sin embargo, la menor inquietud ante este recurso al que ni siquiera Riu se había sumado. Aunque la decisión de inadmisión que ha tomado el organismo, que depende del Gobierno canario a través de la Consejería de Hacienda, se basa en la falta de competencia, su presidente no ha desaprovechado el fallo para mandar un recado a Padrón. Recurrir contra un pliego de condiciones que se ha aceptado al participar en el concurso es una contradicción, consignaba este viernes la prensa local.
Contra la resolución de este tribunal se puede presentar recurso contencioso-administrativo ante el Tribunal Superior de Justicia de la comunidad en un plazo de dos meses. Desde el Ayuntamiento, dirigido por el socialista Augusto Hidalgo, califican los planes de Barceló como “históricos” y defienden que el proceso de adjudicación ha sido “impoluto”.
Un “embajador” de Las Palmas
Los planes de Barceló para reformar y convertir el histórico Hotel Santa Catalina en un “embajador” de la ciudad Las Palmas están ya en marcha. La hotelera firmó el contrato de arriendo por 35 años con el Ayuntamiento hace poco más de un mes y aprovechó para detallar sus planes para el histórico edificio.
La cadena abrirá el establecimiento bajo su enseña Royal Hideway de gran lujo. Las obras comenzarán la próxima primavera, sobre finales de abril que es cuando finalizan las últimas reservas realizada con el anterior arrendatario, el grupo de Padrón. El plan es inaugurar el hotel en 2019.
Con esta enseña, Barceló promete la “máxima calidad” con nuevos servicios y espacios abiertos en el jardín principal y en el parque de Doramas, para lo que se recuperarán los accesos a través de dos patios interiores. El establecimiento pasará de las 209 habitaciones actuales a 194, con la intención de que sean más amplias, y en la azotea se abrirá una coctelería de lujo con la que sacar partido a las vistas que se tienen desde ahí de la ciudad.
Otra de las decisiones que ha tomado la hotelera en el marco del plan de reformas es quedarse en exclusiva con la piscina de 25 metros que posee el complejo al considerar que mejoraría la calidad de las instalaciones del hotel pero, a cambio, construirán una del mismo tamaño en las inmediaciones para que el Club de Natación de la ciudad no pierda las instalaciones donde realiza sus actividades.
Barceló prevé realizar la inversión de 24,5 millones para la reforma en tres años y recuperar lo gastado en un período de 12 años y medio. El plan de reforma está todavía en manos del consistorio canario que, dado el alto grado de protección arquitectónica del edificio, debe dar su visto bueno a las mejoras propuestas.