La norma implica, entre otros aspectos, la rebaja del impuesto que pagan las empresas, del 35 % al 21 %, y en menor medida para los trabajadores.
En el caso de los bancos, la reforma fiscal les obliga a reducir el valor de sus activos de impuestos diferidos en EE.UU., según explicó en un comunicado.
La operación relativa a la depreciación será contabilizada en el cuarto trimestre del ejercicio 2017, precisó el segundo banco más importante de Suiza.
Credit Suisse también indicó que la depreciación será un ajuste contable único y que tendrá un « impacto mínimo » en sus fondos propios reglamentarios.
Agregó que mantiene la política que anunció en la última gran conferencia dirigida a inversionistas destinada a mejorar la rentabilidad para éstos.
Por otra parte, el banco consideró que la reforma fiscal en cuestión tendrá un impacto positivo en la economía de EEUU y en su actividades en este país, en particular en el ámbito de la banca de inversiones y en sus actividades de consejería y evaluación de riesgos.