El expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, no ha dejado títere con cabeza durante su comparecencia en el Congreso de los Diputados, en el marco de la comisión que investiga la crisis financiera, el rescate bancario y la quiebra de las cajas de ahorros. Incluso no dudaba en arremeter contra su protegido, el actual ministro de Economía, Luis de Guindos, al acusarle de malvender el reciente 7% del Estado en Bankia, al “hacerlo por debajo de su valor en libros”. Una operación que se saldaba con pérdidas de casi 300 millones de euros.
También cargaba Rato contra el que fuera su protegido, al apuntar que fue De Guindos el que, encargó a "los principales competidores de Bankia" la previsión de las provisiones que podría necesitar la entidad que presidía, antes de su nacionalización, y que estos mismos bancos fueron "los grandes receptores de los depósitos que salieron" tras su rescate.
Durante su comparecencia, Rato reconocía que el Banco de España fue excluido de estos encuentros, y ha llegado a decir que, en realidad, se le ocultaron.
"Durante mis conversaciones con Guindos sobre Bankia en marzo, abril y mayo de 2012, este se apoyó en los principales competidores a los que llegó a encargar realizar cuáles eran las necesarias provisiones para Bankia", ha manifestado, añadiendo posteriormente que "estos mismos competidores fueron, sin duda, los grandes receptores de depósitos que salieron de Bankia tras su nacionalización en el verano de 2012".
Reuniones de De Guindos con los bancos, al margen del Banco de España
Asimismo, ha asegurado que "en ninguna de estas tres reuniones estuvo presente el Banco de España". "En mi opinión personal, por lo que valga, es que se le ocultaron estas reuniones", ha dicho, recalcando que, mientras, el supervisor, gobernado entonces por Miguel Ángel Ordóñez, se encontraba aprobando las propuestas de aprovisionamiento que le hacía Bankia para cumplir con las exigencias del decreto Guindos I.
Durante su comparecencia como testigos en la causa judicial que investiga la fusión que dio lugar a Bankia, y su posterior salida a Bolsa, los presidentes del Banco Santander, Emilio Botín; de CaixaBank, Isidro Fainé, y del BBVA, Francisco González, admitieron en mayo de 2013 ante el juez Andreu que fueron convocados los días 4 y 6 de mayo de 2012 por el ministro Luis de Guindos para abordar con él y con Rodrigo Rato la preocupación que existía en los mercados internacionales por Bankia.
Posteriormente, Rato ha insistido en la "exclusión del Banco de España" en la operación de rescate de Bankia, tanto a la hora de decidir el aprovisionamiento en las reuniones a las que no acudió, como en la posterior inyección de capital, solicitada por el nuevo equipo del actual presidente, José Ignacio Goirigolzarri, como consecuencia de la reformulación de las cuentas.
De Guindos rechaza entrar en polémicas
Por su parte, el ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos, ha rechazado entrar en "ningún tipo de debate y polémica" tras la comparecencia de Rodrigo Rato en el Congreso, si bien ha destacado que Bankia hoy "compite, está bien gestionada y no tiene ningún tipo de interferencias políticas". "Ustedes comparen", ha apostillado.
"No voy a entrar en ningún tipo de debate ni en ningún tipo de polémica", ha indicado De Guindos, quien ha subrayado que "lo único importante es que hoy Bankia es seguramente el banco más solvente de España, tiene una gestión profesional y esa gestión evidentemente está produciendo y ha producido ya muchos resultados".
Unas palabras que han llegado en el marco del Spain Investors Day, en el que ante inversores internacionales ha recordado que el principal reto de la economía española en este momento es político, y se enmarca en Cataluña.
El 155 "ha devuelto la normalidad"
Para el ministro la aplicación del 155 ha devuelto “la normalidad” a la región, y ha hecho que -poco a poco- el crecimiento vuelva a recuperarse tras el parón inicial. Eso podría hacer que el Ejecutivo se plantee “una revisión al alza de las proyecciones de crecimiento del PIB del año que viene”.
Actualmente esa previsión está en el 2,3% -tras la decisión de Puigdemont de declarar unilateralmente la independencia-, pero sí considera que es “muy prudente”, y por tanto podrá corregirse en los próximos meses.
Para evitar nuevas afecciones a la economía, el ministro ha pedido que haya “sentido común” a la hora de buscar soluciones. Sobre todo, porque lo importante es transmitir una sensación de que la economía española es “seria y cumple con la Ley” para captar nuevas inversiones extranjeras.