Malestar en los despachos de los principales directivos de banca española con Pedro Sánchez. Consideran que su propuesta de crear un nuevo impuesto extraordinario a la banca para financiar las pensiones es algo irrealizable y que carece de todo sentido.
Las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL coinciden con el líder del PSOE en la necesidad de reformar el sistema de pensiones; pero piden que se haga con propuestas serias y de largo plazo, que sirvan para poner punto final a los problemas que presenta.
El impuesto de Sánchez busca recaudar entre 800 y 1.000 millones de euros al año, y tiene un carácter extraordinario. Pero desde el sector financiero dudan de que esto vaya a ser así. Temen que termine convirtiéndose en algo permanente. “¿Cuánto va a costar a cada entidad? ¿Durante cuánto tiempo? ¿Va a subir o bajar en función de la progresión económica?". Preguntas que, por ahora, no tienen respuesta.
La banca, el 'pim pam pum'
Los más beligerantes llegan a hablar, incluso, de “ocurrencia” con la que se busca quedar bien con los sectores más radicales de la izquierda, ya que supone cargar contra el sistema financiero. Algo que gusta a todo el mundo, indican fuentes cercanas al sistema. Pero la cosa no queda aquí, se preguntan por qué tiene que ser la banca quien salga al rescate de las pensiones, y no otras empresas como puedan ser las eléctricas o las petroleras.
Directivos con los que ha hablado EL ESPAÑOL recuerdan, además, que la “justicia” expuesta por Sánchez como devolución por el rescate al sistema financiero no es de recibo. Ayudas que rondan los 70.000 millones de euros, pero que fueron destinadas a rescatar a las Cajas de Ahorro, recuerdan, que estaban gobernadas por la clase política.
La banca “tradicional” no sólo no tuvo que ser ayudada, sino que sus accionistas tuvieron que poner dinero para salvar a algunas entidades, insisten. Pedro Sánchez fue consejero de la Asamblea de Caja Madrid en la época de Blesa, entre 2004 y 2009, por su condición de concejal del Ayuntamiento de Madrid.
Pero la cosa no acaba aquí, hay también quien duda de que se pueda poner en marcha una imposición a las transacciones financieras. Una medida que Sánchez también quiere emplear para pagar las pensiones -y que junto a la tasa extraordinaria supondría recaudar 1.600 millones anuales-; sin embargo, no ha dado más detalles de la misma. Una vieja pretensión de algunos partidos, y que también ha sido reclamada en alguna ocasión por la Unión Europea.
Apostar por la unión bancaria
Existen dudas sobre la conveniencia -o no- de poner una tasa de este tipo, ya que creen que carece de sentido que España grave las transacciones al margen del resto de los países de la Eurozona. Recuerdan que si se aboga por una unión monetaria y una unión financiera, lo lógico sería apostar por una imposición común para todos los bancos del conjunto de la zona monetaria.
Nuevas imposiciones, por ahora tan sólo en forma de propuestas, que hace reflexionar también a muchos miembros del sector sobre el hasta cuándo los bancos van a ser el 'pim pam pum' de la clase política. Insisten en que, en contra de la creencia que existe, el negocio -con tipos en mínimos, una mayor competencia, y un ajuste de capacidad permanente- ya no da más de sí.
Por eso piden que se deje trabajar a los bancos y dedicarse a su negocio: el de financiar el crecimiento de la economía mediante crédito. Esa es parte de la solución, explican a EL ESPAÑOL, para las pensiones. Conseguir que la economía se fortalezca, y que cada vez haya más personas trabajando. Y para ello el papel de la banca es fundamental, sentencian.