Así, tras la finalización de los contactos previos en diciembre, mañana arrancará la negociación oficial del proceso de reestructuración, que contempla la salida de la entidad de unos 2.510 trabajadores, de los que de los que 1.118 corresponderían a la red comercial y otros 817 a los servicios centrales.

También se prevé el recorte de 200 puestos de trabajo con motivo de la digitalización y la salida de unos 375 empleados que actualmente se encuentran en excedencia voluntaria por la aplicación de otros ERE y que se incorporarán a partir de 2018.

Bankia y BMN cuentan conjuntamente con 17.531 empleados, por lo que el ajuste planteado supondría la salida del 14,32% de la plantilla de la sociedad resultante de la fusión.

Además, el proceso de ajuste implica el cierre de unas 99 oficinas de ambas entidades en el marco de este proceso, de las que la mayoría, el 72,72%, corresponderá a la red comercial de BMN.

La fusión, a nivel jurídico, se culminó el pasado lunes con su inscripción en el Registro Mercantil de Valencia, donde se encuentra ubicada la sede social de Bankia.

A partir del próximo viernes, 12 de enero, se hará entrega a los accionistas de BMN de sus nuevos títulos de Bankia, que comenzarán a cotizar el lunes de la semana siguiente, según está previsto.