La cadena de distribución Dia sigue en el ojo del huracán. El cierre del ejercicio 2017 se prevé muy negativo, con la certificación de la caída vertiginosa de los márgenes, la acción en bolsa que tocaba fondo por debajo de 4 euros a finales de noviembre y con los fondos oportunistas al acecho, animados por Goldman Sachs, convertido en máximo accionista del grupo con un único fin, el de prestar acciones a estos inversores bajistas.
En medio de este incierto panorama, su consejero delegado, Ricardo Currás, busca sacar el máximo partido posible a los altibajos accionariales provocados por estas posiciones cortas, en un crucial ejercicio para sus intereses, ya que la retribución variable contemplada en el plan de incentivos 2016-2018 requiere el cumplimiento de hitos financieros.
Currás mueve fichas tras el parón navideño
Y Currás no tardaba ni un minuto, tras la vuelta de las vacaciones de Navidad, en ponerse las pilas. Tras el negocio redondo llevado a cabo durante el verano de 2017, cuando vendía 205.000 acciones por 1,2 millones de euros, el CEO de la distribuidora ha entendido que la caída de la cotización -por debajo del umbral de los 4 euros al cierre de 2017- se convierte en una opción pintiparada para repetir la jugada. Es lo que busca con los 220.000 euros desembolsados en comprar 50.000 acciones.
Entonces, aprovechaba el CEO de Dia el subidón bursátil -hasta los 6 euros- provocado por el desembarco en el accionariado del magnate ruso Mikhail Fridman para hacer caja y obtener buenas plusvalías.
La vista puesta en Fridman y Goldman Sachs
Ahora -aunque el ‘efecto Fridman’ puede volver a salir a la palestra con la ‘obligación’ de ratificar la compra del 7% comprometido antes del 26 de enero-, son los movimientos de Goldman Sachs los que, a corto plazo, van a determinar el devenir de las acciones de Dia.
No en vano, el banco de inversión estadounidense se ha erigido en principal accionista de la cadena presidida por Ana María Llopis -ya con el 10,71% del capital-, aunque de una manera un tanto atípica.
Goldman Sachs solo ha comprado realmente derechos de voto por el 0,537%. El restante 9,2% se reparte entre acciones prestadas a los bajistas -que, en estos momentos, elevan las posiciones cortas hasta el 16,24%- y diversos productos financieros derivados que cubren este riesgo.
Ahora toca 'subida artificial': del 13% en mes y medio
Entre esos instrumentos llama uno especialmente la atención. Un ‘warrant call’ sobre 10 millones de acciones, que vence el próximo 8 de febrero, y sobre el que Goldman Sachs tiene el derecho (no la obligación) de hacer efectiva la compra de estos activos.
Lo normal en estos casos es que el banco estadounidense busque subir la cotización por encima del precio fijado al contratar ese producto.
La operación ya está en marcha con vistas a ese 8 de febrero, como se puede comprobar con esa ‘subida artificial’ que Dia está experimentando en el parqué bursátil. La cadena de distribución tocaba fondo a finales de noviembre de 2017, cotizando por debajo de 4 euros. Desde entonces, constantes subidas. Este viernes cerraba en 4,45 euros, incrementándose un 13% en mes y medio.
Ingresos extraordinarios en el primer trimestre
Además de comprar ese paquete de 50.000 acciones -que logra ya plusvalías latentes-, Ricardo Currás decidía que el principio de año también era un momento adecuado para que Dia -ya en el primer trimestre de 2018- se apuntase ingresos extraordinarios, de cara a mejorar los márgenes de sus resultados. A este objeto obedece la venta al fondo Blackstone de 4 plataformas logísticas -tres en España y una en Portugal- por 90 millones de euros.
Con esta maniobra, Dia se cubre un tanto las espaldas ante la eventualidad de que las ventas en los mercados ibéricos (sobre todo, España) no consigan remontar el vuelo en los primeros compases del presente ejercicio.
Para que 2018 se inicie de una manera más amable, la cadena necesita que, en el primer trimestre, las ventas del mercado ibérico suban de los 1.319 millones logrados un año antes y que el ebitda supere los 100,7 millones registrados entonces.