Ambas entidades formalizaron su unión el pasado 8 de enero y comenzaron a negociar los términos laborales tres días después, el 11 de enero, lo que abrió un plazo de un mes para cerrar todos los flecos, aunque terminará antes si se llega a un acuerdo.
También establecieron el calendario de las reuniones entre la empresa y los sindicatos, que en principio se verán las caras los lunes y jueves de cada semana hasta el 11 de febrero.
Según fuentes sindicales consultadas por Efe, en el último encuentro, que tuvo lugar el pasado lunes, la entidad rebajó de 57 a 56 años (cumplidos a 31 de diciembre de 2017) la edad de prejubilación para sus empleados, con un porcentaje de la retribución bruta fija anual que no se concretó, calculado hasta los 61 años y descontando el desempleo.
La oferta incluye la suscripción del convenio especial con la Seguridad Social hasta los 63 años y especifica que para poder acogerse a estas medidas de desvinculación, los trabajadores tienen que tener 15 años de antigüedad reconocida en la empresa.
El ERE también incluye bajas incentivadas para menores de 56 años (también cumplidos a 31 de diciembre de 2017) con una indemnización equivalente a 25 días por año trabajado, con un límite de 18 mensualidades además de una prima de 1.000 euros por cada tres años de servicio y sin topes de antigüedad.
La oferta de la entidad prevé compensar con 3.000 euros a los trabajadores que tengan que trasladarse a más de 80 kilómetros de distancia de su residencia habitual y con 6.000 euros si son más de 180 kilómetros.
En cuanto a aquellos empleados que no acepten movilidad geográfica, Bankia les propondrá el despido con una indemnización de 20 días por año y con un límite de 9 mensualidades, según consta en la oferta de la entidad, que pretende que las medidas de afectación se apliquen a través de ventanas de ámbito provincial.
Asimismo, Bankia tiene intención de aceptar todas las solicitudes de salida voluntarias.
La entidad ya anunció el año pasado que iba a despedir a 2.510 trabajadores después de que se produjera la fusión con BMN, que tiene una plantilla de 4.300 empleados frente a los 13.400 de Bankia.
Los despidos se repartirán en principio de la siguiente manera: 817 trabajadores saldrán de los servicios centrales; 700 de la red de oficinas; 118 de servicios centrales territoriales; 300 por mejora de la eficiencia de sistemas y unos 210 por digitalización, al tiempo que se harán ofertas a 375 trabajadores que están actualmente en excedencia.