Después de un año de pruebas, este lunes ha abierto sus puertas la que podría ser la tienda del futuro hecha presente. Amazon Go funciona sin cajas y, por tanto sin colas. Porque el cliente entra, coge su producto y se va. Sin más. Sin más para él, claro, porque las máquinas están trabajando.
Los únicos requisitos que tiene que cumplir el consumidor es tener cuenta en Amazon y una aplicación en el móvil. Al entrar a la tienda, accede por unos tornos con el código QR que muestra al lector con su teléfono. El resto lo hacen las cámaras colocadas por toda la tienda y sensores en las estanterías que detectan qué producto ha cogido el cliente. El cobro, automático en la cuenta de cada uno.
El establecimiento, que ocupa unos 170 metros cuadrados, está ubicado en el centro de Seattle y tiene un horario de apertura de siete de la mañana a nueve de la noche, de lunes a viernes. En los lineales, comidas preparadas, ensaladas, sándwiches, refrescos, vinos y cervezas, y algunos productos frescos, como carne.
Pero, ¿qué significa una tienda de estas características? ¿Es un paso más de la transformación digital que está viviendo el sector de la distribución? Y aún más allá: ¿Veremos algo parecido en España?
Costes poco asumibles
"Para ver algo así aquí habría que superar dos obstáculos; primero, que este tipo de tecnología tarda muchos años en aterrizar; segundo, los costes que solo pueden asumir los grandes retailers", explica a este periódico Laureano Turienzo, experto en distribución y miembro de Retail Institute.
En lo último, en los grandes costes, está de acuerdo el especialista en distribución y marketing Jacinto Llorca: "Amazon puede permitirse el lujo de invertir en experimentos caros", apunta, pero insiste: "Es una nueva forma de hacer comercio, pero no va a hundir en la miseria a la competencia". Al menos, no de momento. "No lo veo plagado de Amazon Go y no a corto plazo", apunta Turienzo. Eso sí, todos los operadores están yendo a "la eliminación de los espacios burocráticos de las compras". Es decir, de las cajas y de las colas.
Por eso, lo que ambos expertos ven más viable en España es la compra Scan&Go, un sistema por el que en España ha apostado muy fuerte Carrefour y que, aunque implica que el cliente tenga un papel activo, ahorra tiempo.
Si tuviera que apostar por quiénes van a seguir los primeros en seguir los pasos de Amazon Go en Europa, Llorca apunta a Decathlon e Ikea, dos candidatos que tienen "esa filosofía comercial".
"Amazon Go es un 'showroom' de tecnología"
Así, más que como una tienda modelo, Turienzo habla de Amazon Go como un showroom del gigante tecnológico para mostrar una tecnología, la suya, "que acabará vendiendo a otros". Ahí es donde está el negocio. Tanto es así, que la tienda que va a terminar con las colas ha tenido, paradójicamente, grandes colas a la entrada desde que se abrió. Todo el mundo quiere ver cómo funciona el concepto.
En cuanto a su implantación, Amazon Go podría estar en tres o cuatro ciudades más como Londres o Tokio, pero no se generalizará hasta el punto de crear una cadena en sí misma. ¿O sí? Algunas miradas apuntan ahora a Whole Foods, la cadena de supermercados que ya es propiedad de Amazon.
Con aquel movimiento, el sector interpretó que el gigante tecnológico se acercaba a las tiendas físicas y a su gran batalla, los frescos. De momento, los supermercados no han vivido ningún cambio. Puede que con esta tecnología Amazon encuentre la fórmula. Los competidores, no obstante, parece que se mantendrán al margen: "La democratización de Amazon Go no la veremos en una década", concluye Turienzo.