Maximizar el retorno de la inversión. Es lo único que está claro en el proceso de retirada del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) de Bankia. ¿Cómo lo conseguirá? Eso es toda una incógnita, y los principales analistas de mercado dan por descontado que será incapaz de recuperar el 100% del dinero invertido.
El plazo para llevar a cabo la salida culmina a lo largo de 2019. Será entonces cuando -según la norma- el FROB tiene que haber vendido el 61% que tiene en su poder de la nueva Bankia, tras su fusión con BMN. Sin embargo, en este momento, todas las opciones están sobre la mesa.
La intención es aprovechar las ventanas que vaya abriendo el mercado para ejecutar las ventas. Sin embargo, esas ventanas todavía son escasas. Hay que tener en cuenta que -al cierre de este lunes- las acciones cotizan a 4,20 euros por título; por debajo de los 5,4 euros (a precio actualizado tras el reagrupamiento de acciones llevado a cabo hace unas semanas) a los que el Estado entraba en el capital de la entidad.
El Estado penaliza
Es cierto que la imagen entre los inversores internacionales sobre Bankia es positiva, pero su evolución en bolsa se ve penalizada -precisamente- por la presencia del Estado en su accionariado. El hecho de que sólo el 40% sea capital flotante, hace que su liquidez sea muy escasa y la fluctuación de precio también. Por tanto, los analistas consultados creen que será complicado alcanzar, en las condiciones actuales, el precio de entrada.
¿Y cómo lo va a hacer entonces el FROB? Pues todavía es pronto para saberlo. El panel de bancos de inversión que trabajan con él rastrea el mercado en busca del ‘momentum’, y los asesores en la forma de hacerlo. Es decir, es tarea de Nomura -que trabaja para el FROB- y de Rotschield, que lo hace para BFA, que es la tenedora de acciones.
Encima de la mesa hay distintas fórmulas. Desde la venta de pequeños paquetes en colocaciones aceleradas (como hasta ahora) a otras acciones que puedan conllevar la ‘venta directa’ a otros inversores.
Nuevas opciones
De hecho, el propio José Sevilla, consejero delegado de Bankia, explicaba este lunes que “hay fórmulas mediante operaciones ‘marketeadas’, que implican el registro de un folleto, un road-show, tener la oferta abierta durante una o dos semanas en el mercado…”. Todo para acercarse a inversores mayoristas que puedan estar interesados en invertir en Bankia.
Las fuentes consultadas reiteran que todo está relacionado con la evolución el mercado, y la estrategia dependerá -exclusivamente- de las condiciones que haya en cada momento. Lo que sí está claro es que se descarta buscar una operación de venta a inversores minoristas. “No les interesa después de todo lo que ha pasado y porque el Estado quiere tener un núcleo más o menos homogéneo de inversores”, explica a EL ESPAÑOL, Álvaro Blasco, director de ATL Capital.
Analistas residentes en la City creen que la opción de esas operaciones dirigidas a inversores institucionales es una buena opción. Se trata, en definitiva, de buscar la colocación de grandes paquetes aprovechando que “existe una creciente demanda institucional”, por lo que tan sólo es necesario que exista voluntad desinversora por parte del Estado.
Sin embargo, esto ocurrirá en la medida en la que el FROB pueda garantizarse el mayor precio posible para recuperar la mayor cantidad de dinero. El problema, explican, es que los inversores que pudieran tener interés en adquirir títulos de Bankia van a exigir un descuento; y, desde luego, no van a pagar precios de mercado.
No a cualquier precio
Cómo será que hasta el propio presidente del FROB, Jaime Ponce, abría hace unos días la puerta a retrasar el plazo de desinversión. Lo decía en el Congreso al asegurar que “si las condiciones no son las adecuadas” tratarán de buscar “flexibilidad y no habrá una venta forzada”, sentenciaba.
Hay quienes incluso plantean otras opciones para que el Estado salga de Bankia, como el analista de Admiral Markets, Juan Enrique Cadiñanos. "Una venta a otra entidad", una posibilidad que se lleva barajando desde hace meses. Se habla de BBVA; sin embargo, Sevilla negaba esta opción y recordaba "que no hay nada encima de la mesa".
El economista Daniel Lacalle cree que lo que debe hacer el Estado -y con él los ciudadanos- es asumir que no estamos ante un rescate por una crisis de liquidez. “Lo que se ha hecho con Bankia (y el resto de cajas) es cubrir un agujero patrimonial, y eso es difícilmente recuperable”. A partir de ahí todo es posible, explica.
El tiempo dará y quitará razones, lo que parece claro es que -por el momento- el Estado no ha conseguido el objetivo fijado. El último paquete se vendía el pasado mes de diciembre. Una colocación acelerada del 7% que le reportaron al Estado 818 millones de euros. Unas minusvalías de 270 millones respecto al precio de compra.
El primer paquete de venta de se produjo en 2014, cuando se vendía el 7,5% de la entidad por 1.304 millones de euros. En aquel entonces sí se anotó plusvalías puesto que vendía casi un 12% por encima del precio de entrada.
Los resultados
En ese proceso de desinversión no ayuda, a juicio de los analistas consultados, el resultado obtenido en 2017. Beneficio de 816 millones de euros (1,4%) más si no se tiene en cuenta la fusión con BMN. Una vez consolidado el resultado cae hasta los 505 millones de euros, fruto de los ajustes que se necesitan.