Bitcoin, la criptomoneda más popular, está en una tendencia bajista y no sólo perdió el miércoles los 10.000 dólares, sino que también ha roto el suelo de los 9.000 y, al cierre de este artículo, se acercaba al de los 8.000.
La criptodivisa vuelve así a los precios de mediados de noviembre. Ha perdido más de un 50% desde comienzo de este año, tras rozar los 20.000 dólares en diciembre de 2017.
Esta última caída estaría relacionada con las declaraciones del ministro indio de Economía, quien anunció planes para acabar con el uso de moneda digital para pagos. Muchas empresas occidentales han utilizado durante bastante tiempo bitcoin como una fórmula mucho más barata y no sometida a impuestos para remunerar a profesionales.
La cobertura en prensa de la caída no ha ayudado, con muchos medios explicando los casos de inversores no cualificados que tomaron riesgos excesivos para subirse a una ola que en estos momentos amenaza con ahogarles. Tampoco las incertidumbres regulatorias de mercados como el surcoreano, las historias sobre hackeos o los fraudes cometidos por indeseables que se aprovechan del desconocimiento de la gente sobre el funcionamiento de esta criptodivisa y su gigantesca volatilidad.
La duda que tienen ahora los inversores es si aguantar o cortar pérdidas. Los más pacientes, creen que la criptodivisa volverá a los 20.000 o incluso los 30.000 dólares. Los más sospechosos sobre los fundamentales de su crecimiento no lo tienen tan claro. El tiempo dirá.