Wall Street sufre la mayor caída de su historia ante el temor a una subida de tipos de interés
Los nervios han calado entre los inversores en las dos últimas sesiones y han producido una ola de ventas que ha desplomado la Bolsa estadounidense coincidiendo con la jura de Jerome Powell como nuevo presidente de la Reserva Federal.
6 febrero, 2018 08:02El mercado estadounidense se llevó este lunes una buena sacudida. Los nervios de los inversores, a flor de piel desde la sesión del viernes, desencadenaron una oleada de ventas que hizo que los principales índices de la Bolsa de Estados Unidos se desplomaran marcando registros históricos.
El batacazo coincidió con la jura como nuevo presidente de la Reserva Federal (Fed) -el banco central estadounidense-, de Jerome Powell, en relevo de Janet Yellen. Y con este cambio de mandato, el temor a que se produzca un ajuste -al alza- en las tasas de interés.
El Dow Jones, el principal indicador de Wall Street, sufrió este lunes la mayor caída en puntos de toda su historia, con un retroceso de 1.175,21 unidades. Es la primera vez que este índice se deja tantos enteros en una sesión, aunque sí ha experimentado desplomes mayores en términos porcentuales.
Hasta el momento, el mayor golpe que se había llevado este selectivo eran los 777 puntos que se dejó el 29 de septiembre de 2008, cuando en plena crisis financiera el Congreso estadounidense había rechazado el rescate bancario propuesto por el Gobierno, que posteriormente sí aprobó.
En ese año, sufrió varios desplomes de 600 puntos que, al nivel al que se movían entonces los mercados, suponían mayores caídas porcentuales. Pero este lunes marcó, además, la mayor caída intradía: 1.597 puntos borrados de un plumazo en un momento de la sesión.
El índice cerró la sesión con una caída de 4,60%, hasta los 24.345,75 puntos, profundizando la caída que había marcado el viernes, su mayor caída desde 2011.
Por su parte, el índice S&P 500 -que recoge la cotización de las 500 mayores empresas del país-, cayó 113,19 puntos, un 4,09%, situándose en 2.648,94 unidades. El índice Nasdaq Composite -que aúna todos los valores de la segunda Bolsa electrónica estadounidense-, perdió 273,42 puntos, o un 3,78%, a 6.967,53 unidades.
Efecto contagio: golpe a la Bolsa de Tokio
El golpe del mercado estadounidense se siente este martes en el otro lado de la costa del Pacífico. La Bolsa de Tokio ha registrado su mayor caída en 15 meses, arrastrada por los malos resultados de Wall Street del viernes y la fortaleza del yen frente al dólar, lo que prolonga su racha de pérdidas de la semana anterior. En la segunda parte de la sesión, el índice Nikkei caía más de un 6%. Cerró la sesión con un retroceso del 4,73%.
El segundo indicador del mercado japonés, el Topix, que agrupa a los valores de la primera sección, retrocedía 105,89 puntos, un 5,81%, hasta situarse en las 1.717,85 unidades.
El ministro japonés de Economía, Comercio e Industria, Hiroshige Seko, se refirió a la abrupta caída y aseguró que se seguirá vigilando el mercado, restando importancia al desplome y resaltando el buen momento que viven las ganancias corporativas en el país. "Los beneficios corporativos están en niveles récord y la tendencia de la economía japonesa no es nada pesimista”, dijo Seko en declaraciones recogidas por la agencia de noticias Kyodo.
También se vieron afectadas los mercados de China y Corea. El índice Shanghai Composite cerró con un retroceso de 3,38% y el surcoreano Kospi con pérdidas de un 1,54%. El Ibex 35 caía ayer un 1,44% y el resto de bolsas europeas mantenían un rumbo similar.
Temor a la subida de tipos de interés
Desde que Donald Trump ganó la presidencia de EEUU, el mercado ha marcado una racha alcista apoyado en una economía fuerte. Fue, precisamente, algo que destacó Powell al asumir, que llegaba al cargo con la economía creciendo, con baja inflación y un nivel de desempleo en mínimos históricos (4,1% en enero), quedando aun vacantes que cubrir.
"Nuestras decisiones de política monetaria apoyarán el crecimiento económico continuado, un mercado de trabajo sano y la estabilidad de los precios", aseguró Powell en un vídeo.
En esta coyuntura económica, las empresas han subido los salarios para retener y atraer talento. Pero, en consecuencia, deberán subir el precio de sus productos y servicios para cubrir este aumento en sus costes. Esto se traduce en una temida palabra: inflación.
Pese al crecimiento económico de la última década, la inflación se ha mantenido baja. La herramienta que tiene la Fed para combatir la inflación es, precisamente, un aumento en las tasas de interés, algo que desde la crisis sólo ha hecho de forma muy cautelosa para evitar obstaculizar la recuperación económica.
En diciembre de 2015 puso fin a casi 10 años sin tocar el precio del dinero y, desde entonces, ha elevado los tipos en otras dos ocasiones. La decisión se interpreta como una retirada de estímulos a la economía ante la evidente mejora.
El Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal (FOMC) elevó los tipos de interés en 25 puntos básicos por tercera vez en diciembre de 2017, hasta el 1,25% y 1,5%.
Además, las previsiones del comité señalaban en diciembre que los tipos de interés cerrarán 2018 en un rango de entre el 1,9% y el 2,4%, lo que da idea de que habrá otras tres subidas de tipos el este año.
Cuando la Reserva aumenta las tipos, el precio de pedir dinero prestado también sube y afecta tanto a lo que pagan las empresas por sus préstamos como al coste que asumen los ciudadanos por sus hipotecas y créditos. Un subida de los tipos de interés muy rápida lleva a una caída de acciones, explican los analistas, porque a los accionistas les preocupa que el ritmo de crecimiento de las compañías -más presionadas por este aumento en costes-, sea más lento.
Corrección del mercado
Para los analistas, la caída de este lunes es una corrección frente a los fortísimos crecimientos ininterrumpidos durante los últimos meses, debidos en parte a la preocupación de los inversores por un dato aparentemente muy positivo:la subida de sueldos que se conoció el pasado viernes, que se considera una señal clara del retorno de la inflación.
Además, la racha alcista que han marcado los valores desde noviembre de 2016 tenía que frenarse en algún momento. El nivel de rentabilidad que estaban marcando las acciones en la Bolsa estadounidense tampoco era lo habitual. Para los analistas se trata de una simple corrección, largo tiempo retrasada, tras el inusual crecimiento sostenido de más del 25% en un año, frente al acostumbrado retorno anual de un 8% de media.