La quiebra de la cadena de moda Blanco empieza a juzgarse un año después. Por la Audiencia Nacional han pasado este martes el ex consejero delegado de la firma, Gerry Walters y el ex director financiero, Nuno Ferreira. En sus declaraciones su objetivo principal ha sido separar y alejar al grupo saudí Alokhair de la gestión de la firma de moda.
Según confirman fuentes jurídicas, ambos directivos han respondido exclusivamente a las preguntas de sus abogados, eludiendo así a la fiscalía y a las acusaciones representadas por los letrados de los extrabajadores de la compañía. Son investigados por los presuntos delitos de estafa, insolvencia punible y alzamiento de bienes.
La estrategia de defensa ha estado centrada, al parecer, en desvincular la relación que pudiera existir entre Global Leiva (matriz de Blanco) de su principal accionista, el grupo saudí Alokhair.
Un poco de historia
De hecho, es esta última compañía la que ostentaba la propiedad de las marcas tras hacerse con la firma en el año 2013, y cuya operativa dejaba en manos de Global Leiva, creada al efecto.
Una sociedad que nacía con poco más de 3.600 euros de capital, y que recibió distintas aportaciones para continuar con sus operaciones. En concreto, se hizo mediante préstamos participativos por valor de 45 millones. Una situación que, según algunas fuentes, elevó los costes financieros y el pasivo de la sociedad, dejándola en quiebra técnica desde el momento de su creación.
Dos años más tarde -en 2015- llegaba el primer concurso de acreedores de la empresa. Momento en el que Alokhair decide la venta de la matriz de Blanco al fonso AC Modus. Empresa que, según Ferreira y Walters no tiene nada que ver con la saudí Alokhair.
Sin embargo, tal y como reflejan las denuncias de los trabajadores, y se ha acreditado en primera instancia, el presidente de esta última también es consejero de Alokhair. Así que consideran que es una sociedad pantalla a la que se vende el grupo para eludir las responsabilidades que ahora se quieren depurar.
La evolución de la firma
La cadena de moda Blanco cerraba en enero de 2017 con deudas acumuladas por más de 133 millones de euros. Sin embargo, la marca ahora cerrada podría volver a operar si AC Modus quisiera. El fondo se ocupó de dejarlas bajo su paraguas en la compra a sus propietarios, en 2013.
La cadena, fundada en los años 60 por Bernardo Blanco Solana, abrió su primera tienda en Bilbao. Fue en 2010 cuando empezó el proceso de expansión; sin embargo, el crecimiento fue la piedra en el cuello que la llevó al ahogamiento definitivo tres años más tarde.
De hecho, la marca Blanco no tiene nada que ver con el spin-off de la firma, New Blanco, lanzada a mediados del año pasado por Jordi Hidalgo, y que buscaba abrir 150 tiendas tratando de recuperar la esencia de los fundadores, pero renunciando a la marca Blanco como tal.