De este modo, Toshiba ha logrado abandonar los 'números rojos' de 532.500 millones de yenes (4.019 millones de euros) correspondientes al mismo periodo de su ejercicio fiscal precedente, cuando tuvo que amortizar el valor de los activos de su negocio nuclear en EEUU, Westinghouse Electric, declarado en bancarrota.
De cara al cierre del ejercicio el próximo 31 de marzo, Toshiba prevé alcanzar un beneficio neto atribuido de 520.000 millones de yenes (3.928 millones de euros), frente a las pérdidas de 110.000 millones de yenes (3.928 millones de euros) de sus anteriores previsiones.
Las ventas netas de Toshiba entre abril y diciembre de 2017 sumaron un total de 2,8 billones de yenes (21.134 millones de euros), una cifra un 1,2% inferior a la del mismo periodo del ejercicio anterior, con el objetivo de alcanzar los 3,9 billones de yenes (29.465 millones de euros) en el conjunto de su año fiscal.
NUEVO PRESIDENTE
Por otro lado, el consejo de administración de Toshiba ha resuelto en su reunión de este miércoles nombrar a Nobuaki Kurumatani nuevo consejero delegado y presidente de la multinacional a partir del próximo 1 de abril, mientras Satoshi Tsunakawa ha sido confirmado como jefe de operaciones de la japonesa.
Kurumatani ocupa actualmente la presidencia de CVC para Asia Pacífico, después de haber desempeñado la vicepresidencia de Sumitomo Mitsui Financial Group, convirtiéndose así en el primer ejecutivo ajeno a la jerarquía de Toshiba en acceder en medio siglo a la máxima responsabilidad dentro de la compañía.
"Volveré a examinar la cartera de negocio y asignaré los recursos necesarios", declaró Kurumatani, tras reconocer que "los últimos tiempos han sido difíciles para Toshiba", expresando su confianza en que compañía "superar todas sus dificultades convertirá a Toshiba en una empresa más fuerte".