Banco Santander quiere acelerar la integración del Popular en su negocio. Un proceso que debe culminar antes de que termine 2019. Entre las claves que tiene por delante está el decidir el futuro de las joint ventures que el equipo del ex presidente Ángel Ron fue creando en torno a distintos negocios en los que participaba la entidad.
El objetivo, según explica la entidad cántabra en su Informe Anual, durante este curso será el de “analizar las mejores alternativas, de forma que encajen en el modelo de negocio del Santander”.
Para ello debe decidir qué negocios son o no estratégicos y optimizar la venta o compra, en función de las necesidades de la entidad. Uno de los más destacados será decidir el futuro de la gestora Allianz Popular, en la que la entidad financiera cuenta con el 40% de las acciones.
El papel de Allianz
Se trata de un negocio que entra en competencia con Santander Asset Management. Esto hace que en el sector se dé por descontado que sea la aseguradora la que tenga que decidir qué quiere hacer: comprarle al banco rojo su participación o disolver la sociedad.
Algo similar, por cierto, a lo que ocurre en el área de seguros. Popular comercializa los de Allianz, mientras que Santander cuenta con acuerdos con Aegon, Plus Ultra, Liberty y Caser. Aunque en este caso la cosa podría ser más sencilla, ya que el banco cántabro busca un socio estable para seguros generales y no depender de distintos acuerdos.
El futuro de Wizink también está en el aire. El banco, fruto de la unión del negocio de tarjetas del Popular, Citi y Barclays, del que el Popular tiene el 49%. El 51% restante está en manos de Värde, que era su socio en Aliseda y cuya participación se ha traspasado junto a los activos inmobiliarios que se han vendido a Blackstone.
Los cajeros
Habrá que ver si a Botín y su equipo les interesa más la venta del negocio, o si por el contrario prefiere recuperar parte del mismo. Por ejemplo, el de las tarjetas del Popular.
Pero es que también está en el aire el futuro de los cajeros automáticos. Están externalizados en Euro Automatic Cash, una sociedad que está participada al 50% por la francesa Crédit Mutuel. Y esa es una decisión clave para el Santander, habida cuenta de que gestiona su propia red de cajeros; pero también que la sociedad le reporta buenos ingresos vía dividendos.
Son sólo algunos de los acuerdos que el Santander tendrá que revisar a lo largo de los próximos meses. De hecho, ya ha ido tomando decisiones sobre algunos de ellos. Por ejemplo, con la venta de TotalBank el pasado mes de diciembre, y que se terminará en 2018. Lo mismo ha ocurrido con el Popular en Portugal, que se ha integrado en Santander Totta para reforzar la posición del banco en el país.
Las cuentas del 2018
Todo ello mientras el Banco Popular y su equipo comercial trabaja para recuperar el pulso comercial. La memoria anual refleja que, desde su adquisición el pasado mes de junio, ha vuelto la “confianza del mercado”.
Destaca también que se ha estabilizado el stock de crédito, aunque todavía los saldos son muy inferiores a los niveles previos a la adquisición del Popular. En cualquier caso, los números son tozudos y reflejan que perdió 13.560 millones de euros en 2017. La mayor parte de estas pérdidas atribuidas al saneamiento del balance y de sus activos inmobiliarios.