Acabar con la mala imagen de los taxistas en Madrid. Es uno de los objetivos que se han fijado algunas asociaciones del sector. Y lo de la mala imagen es literal. No nos referimos a acabar con las vueltas interminables o la ‘picaresca’ de algunos de sus miembros. Nos referimos a que sean capaces de vestir de forma decorosa en todo momento.
El sector tiene la percepción de que uno de sus problemas pasa por conseguir una imagen homogénea de sus conductores. Así que, desde la Federación Profesional y la Asociación Madrileña del Taxi se han liado la manta a la cabeza. Reclaman un uniforme para los más de 15.000 conductores que hay en la ciudad.
Así sería el uniforme
Una idea que parece descabellada, pero que ya se ha propuesto al Ayuntamiento que lidera Manuela Carmena y que se ha comprometido a estudiar la petición. ¿Cómo será el uniforme? Públicamente se ha hecho la propuesta de que sea el consistorio quien se ocupe de buscar el diseño y lo comercialice.
Sin embargo, fuentes del sector apuntan a que en alguna reunión interna se ha barajado un vestuario de lo más clásico: pantalón gris, camisa o polo blancos y jersey azul. El objetivo es tratar de ofrecer una imagen diferenciada de los taxistas, que les permita competir con la imagen que ofrecen los conductores de Cabify y Uber a quienes se les obliga a ir con traje en sus desplazamientos.
Una medida que no gusta a todos los taxistas. Desde Fedetaxi no han tardado en reaccionar contra esta medida. Su presidente, Miguel Ángel Leal, asegura que no van a apoyar una medida que supondría retrotraerse a la década de los 70 cuando los taxistas iban uniformados.
Uber y Cabify atentos a la jugada
“Choca de forma frontal contra la libertad del autónomo”, explica, para añadir que “la supresión del uniforme supuso un logro social conseguido por nuestro mayores”. Así que la intención de la Fedetaxi es apoyar la “uniformidad”. Es decir, la de otorgar pautas a los taxistas para que tengan una vestimenta adecuada, más allá de lo que actualmente fija la ordenanza municipal.
El texto vigente en estos momentos refleja que los taxistas deben “vestir adecuadamente durante la prestación del servicio, quedando prohibida la utilización de prendas y calzado deportivos y de baño, así como los pantalones cortos, y las camisetas sin mangas”. Algo que, por cierto, no siempre se cumple.
Fuentes del sector explican que el intento por poner un uniforme concreto choca también con los intereses de algunas emisoras o de algunas compañías de taxis. Algunas de ellas trabajan ya en que sus conductores lleven un polo bordado con las iniciales, o con el color corporativo para intentar unificar su imagen y, de paso, diferenciarse del resto del sector.
La solución llegará en las próximas semanas. Algunas asociaciones plantean un referéndum, otras se oponen radicalmente a someter esta cuestión a votación. Lo que parece claro es que, a mayor división del sector, más ventaja para empresas como Uber y Cabify que podrán seguir pescando clientes en las aguas revueltas de los taxistas.
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