Las cosas parecían ir viento en popa para Riu Hotels. Hace apenas un mes presentaba en Madrid su plan para los próximos años: 2.500 millones para comprar terrenos y hoteles, además de reformar y construir nuevos establecimientos. Este pretendido acelerón puede encontrar con un obstáculo: el proceso judicial que se ha iniciado contra uno de sus propietarios y consejero delegado, Luis Riu, en Estados Unidos.

El ejecutivo viajó a Miami para, según la compañía, para presentarse ante el juzgado donde le presentaron cargos por presunta corrupción. Riu habría ofrecido sobornos a funcionarios públicos a cambio de que hicieran la vista gorda en las licencias necesarias para la renovación de uno de sus establecimientos. La fiscalía asegura contar con una serie de correos electrónicos en los que el CEO de Riu reconoce que tendría que "haber seguido sobornado" a los funcionarios públicos. Riu lo niega todo. Después de pagar una fianza de 20.000 dólares, fue puesto en libertad con permiso para viajar a su residencia en Mallorca y a cualquiera de sus hoteles.

En mitad de este embrollo queda la operación de la hotelera, que cuenta con más de 100 hoteles de lujo en 19 países y que tiene claros intereses en crecer en Estados Unidos. Además del hotel de la discordia en Miami, la cadena tiene uno en Nueva York y esta trabajando para abrir su segundo hotel en esta ciudad. En este mercado, sin embargo, se toman muy en serio los cargos por corrupción y el resultado de este juicio puede complicar el destino de sus inversiones en el país.

Más de 134 millones de euros de pérdidas en España, que se están tratando de paliar con el cierre de tiendas que no dan buenos resultados. La cadena alemana C&A, que no está siendo capaz de hacer frente al auge de cadenas low cost como Primark, lleva desde 2013 hundida en los números rojos. Una situación que está tratando de remediar Domingos Esteves, director general de C&A para España y Portugal desde marzo de 2016. 

La receta está siendo el cierre de tiendas que arrojan números rojos, acompaña de cientos de despidos. Una decisión que le está costando su presencia en determinados lugares. Para muestra, un botón: la alemana acaba de echar el cierre de la única tienda con la que contaba en Pamplona, desapareciendo así de la Comunidad Foral. En Madrid, por ejemplo, está bajando la persiana de su emblemática tienda de Conde de Peñalver, que contaba con cuatro plantas. 

Así, de las 132 tiendas con las que contaba hace cinco años, hoy tiene cerca de un centenar, lo que por supuesto se ha reflejado en el volumen de las ventas. Esteves confía en que este plan de transformación les empuje a obtener beneficios, después de que la dirección internacional haya decidido continuar en España. De momento, cierres y despidos. Habrá que ver si consigue el reflote.