El miércoles pasado todas las miradas estaban puestas en Roma. Allí se celebraba una junta extraordinaria de accionistas donde inicialmente estaba previsto que Atlantia mejorase la oferta que había puesto sobre la mesa ACS. Sin embargo, la tardanza de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en aprobar el folleto presentado por la constructora española difuminó toda expectativa y dio paso a una abultada prórroga a la lucha por Abertis: de abril a noviembre.
Los analistas defienden que, con esta considerable ampliación de plazo, Atlantia se ha cubierto las espaldas ante una posible lucha de ofertas y contraofertas al modo establecido por la legislación española. En lugar de contar con un plazo de dos meses y tomar decisiones a ciegas de lo que finalmente ofrezca ACS y le acepte el supervisor español, ahora se marca un tope de nueve meses para lanzar la ampliación de capital que ayudaría a la italiana a recaudar los fondos necesarios para digerir a la presidida por Salvador Alemany.
Por el momento, lo que se sabe es que ACS ha cumplido lo que prometió y ha rebajado el capital que en un primer momento había puesto sobre la mesa para ganar la partida. El reparto de 0,40 euros por acción en forma de dividendo que llevó a cabo Abertis en marzo se ha traducido en que la presidida por Florentino Pérez ha rebajado su primera contraopa desde los 18,76 euros por título anunciados inicialmente, hasta los 18,36 que ahora ofrece y que la CNMV tiene que aprobar.
Los 16,50 euros que Atlantia puso inicialmente sobre la mesa se quedan ahora un 15,8% por debajo de la cotización de la española. No obstante, la italiana ha mostrado su firme intención de mejorar la oferta en caso necesario y ha explicado contar incluso con el visto bueno de los bancos con los que iba a contar para financiar la operación. Además, desde verano, la comandada por Giovanni Castellucci ha ejecutado varias desinversiones en activos no estratégicos para llegar a la posible adquisición con un perfil financiero más saneado, cuestión que por otra parte era exigencia de la banca que respaldará la operación que algunos se atreven a cifrar ya en el entorno de los 20 euros por acción.
¿QUÉ PUEDE OCURRIR DESPUÉS DEL VISTO BUENO A ACS?
A la espera de que la CNMV dé su visto bueno, lo que no ha de demorarse mucho según el presidente de la institución que la semana pasada aseguraba contar con un ¿calendario muy avanzado¿ en el proceso, ACS ha cumplido los puntos más básicos del Real Decreto 1066/2007, que es el que en los artículos 40 a 46 regula las ofertas públicas de adquisición de valores competidoras entre sí. A saber: plazo hasta cinco días antes del término de la OPA inicial, igual o mayor número de acciones y un precio más abultado.
En adelante, la primera posibilidad sería que Atlantia desista de su puja, por haber sido la primera oferente. Algo que, a juicio de sus últimos comunicados, no parece para nada previsible. También cabría la posibilidad de que los accionistas de Abertis puedan presentar declaraciones de aceptación múltiples fijando un orden de prelación.
El escenario más probable a tenor de las intenciones mostradas sería que ambos oferentes, en orden de llegada inicial, pudieran modificar las condiciones de sus pujas. Finalmente, podría formularse una oferta más definitiva en sobre cerrado que abriría la CNMV y sobre la que Atlantia, bajo ciertas condiciones, podría revisar una ultimísima vez.
Si la puja de ACS no prosperase, escenario improbable a estas alturas, cabría también la posibilidad de que Atlantia, como primer oferente, pacte con la sociedad afectada, Abertis, el cobro de una comisión en concepto de gastos de preparación de la oferta para el caso que no prospere por la presentación de ofertas competidoras. En cualquier caso, el calendario no cuenta con fechas fijas y la batalla final por el control de la líder de autopistas podría demorarse aún varios meses. La italiana ya se ha prevenido con holgura.
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