El negocio de la música en streaming sigue aumentando de manera progresiva año a año en España. Así se refleja en las cuentas de la filial española de Spotify que, en 2016, veía cómo su cifra de negocio ascendía a algo más de 55 millones de euros, muy lejos de los 44,5 millones de un año antes y que supone un 23% más.
El 88% de esos ingresos corresponde a las suscripciones premium, es decir, a aquellos usuarios que pagan por el servicio. Hablamos de 48,8 millones de euros y que significa un aumento del 38% respecto al ejercicio 2015. Tras estos, los anuncios son la siguiente fuente de dinero: seis millones de euros, un 26% más, seguido de las descargas -que cayeron hasta los 101 mil euros-. Después hay otra partida de “otros ingresos”, que refleja un descenso del 98% hasta los 50.000 euros frente a los 4,4 millones de un año antes.
Unas cifras que demuestran la solidez con la que crece en España el negocio de Spotify, aunque no se conoce el número de usuarios que tiene dado que no proporciona esa información. Descontando los gastos de funcionamiento, y los ‘royalties’ -derechos que debe abonar a su matriz en Suecia-, la sociedad Spotify Spain consiguió un beneficio en 2016 de 272.779 euros, muy por encima de los 6.452 logrados el año anterior.
Hay que destacar también los gastos de personal de la sociedad, que alcanza los 1,2 millones de euros, y que supone 143 mil euros más que el año anterior.
Nuevo negocio
Se da la circunstancia de que el ejercicio que acabamos de conocer, el 2016, es el último en el que las cuentas reflejarán la evolución del negocio en España. Desde finales de ese año la compañía de música en streaming cambió el sistema de facturación del negocio en su matriz sueca, Spotify AB. De hecho, las facturas por contratar los bonos son emitidas desde esa sociedad.
Esto significa que cambiará por completo su modelo de negocio, y está por ver de qué manera actuó en 2017. Cabe la posibilidad de que actúe como una mera comisionista de su matriz, que ofrece servicios de marketing, publicidad y relaciones públicas en España. Es decir, un funcionamiento muy similar al que tienen compañías filiales de grandes empresas como Facebook o Google.
La sociedad zanjaba en 2015 sus problemas con Hacienda. Una sanción de 148.000 euros tras una inspección parcial al Impuesto de Sociedades de los ejercicios entre 2009 y 2012, sin que -por el momento- se hayan abierto más.