El beneficio bruto de explotación (ebitda) se redujo un 22,5 %, hasta 83,6 millones, mientras que el importe neto de la cifra de negocio se situó en 384,4 millones, lo que supone un descenso del 33,7 %.
La caída de los ingresos se debe, según la empresa, al ciclo natural de ejecución de los principales proyectos de fabricación.
Según la empresa, a pesar de la menor actividad, los proyectos se están ejecutando en línea con el presupuesto y el calendario de entrega al cliente.
Talgo ha explicado que los resultados de 2017 reflejan la transición entre la finalización de uno de sus proyectos más relevantes -el AVE de Arabia Saudí- y el comienzo de la fabricación, este año, de los trenes de muy alta velocidad Avril, que están en su primera fase de diseño e ingeniería.
Los mercados internacionales representaron el 61 % de los ingresos de la compañía.
Talgo formalizó el año pasado adjudicaciones de proyectos por valor de 701 millones, su nivel más alto desde 2011, aunque la cifra se eleva a 1.018 millones si se consideran los proyectos adjudicados pendientes de firma.
La cartera de pedidos se situó, al cierre del pasado ejercicio, en 2.783 millones, siete veces los ingresos del año. Si se cuentan las adjudicaciones no firmadas, la suma asciende a 3.100 millones.
De la cartera total, 723 millones corresponden a proyectos de fabricación, lo que, según Talgo, garantiza su actividad industrial para los próximos años.
No obstante, el 71 % de la cartera corresponde a proyectos de mantenimiento.
En diciembre de 2017, la flota de trenes en mantenimiento era de 2.736 unidades (192 locomotoras y 2.544 coches), lo que supone un crecimiento del 4,6 % anual en el periodo 2013-2017.
Con los proyectos de fabricación actuales, Talgo calcula que en 2021 la flota ascenderá a unas 4.000 unidades.
La deuda bruta de Talgo alcanzó los 271 millones el año pasado, mientras que la deuda financiera neta se redujo en 161 millones, hasta 30 millones.