De este modo, el máximo responsable de la entidad podría recibir 800.000 euros de forma escalonada con cargo a 2017, aunque no recibe aportaciones a planes de pensiones, según la información remitida hoy a la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
En la misma situación se encuentran su mano derecha, el consejero delegado de Bankia, José Sevilla, y el otro ejecutivo del consejo de administración, Antonio Ortega, que también han cobrado un sueldo fijo de medio millón y optan a un "bonus" de hasta 300.000 euros.
De esta cantidad, 250.000 euros comenzarán a cobrarlos a partir de 2021, una vez concluido el plan estratégico presentado ayer, y tendrán que esperar hasta 2023 para percibirlo íntegramente.
La mitad de esos 250.000 euros se abonará en metálico, mientras el otro 50 % será percibido en acciones de Bankia, que no podrán vender hasta un año después de su entrega.
Los otros 50.000 euros que faltan para que el bonus llegue a 300.000 euros forman parte del plan de retribución variable plurianual aprobado en la última junta de accionistas y se cobraría también mitad en metálico y mitad en efectivo hasta 2023.
Los emolumentos variables percibidos por los consejeros cuentan con ciertas salvaguardas para su devengo, aclara Bankia.
Así, están sujetos a la evolución futura de la entidad, al establecerse mecanismos de reducción del importe a cobrar, lo que se conoce como cláusulas malus, o, incluso, cancelar los pagos, la denominada cláusula "clawback" si la entidad incurre en pérdidas, suspende exámenes de solvencia o vulnera sus códigos éticos.
Al margen de los sueldos de estos tres consejeros, la entidad ha informado de que Carlos Egea, nombrado consejero ejecutivo en enero de 2018, recibirá este año un fijo de 300.000 euros y no tendrá derecho a variable. EFECOM
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