Bankia basa su nuevo Plan Estratégico 2018-2020 en la consecución de un sinfín de previsiones que deben darse para cumplir con los dos grandes objetivos, lograr un beneficio en 2020 de 1.300 millones y repartir 2.500 millones de euros entre los accionistas.
Una de ellas, pasaría por sumar en el trienio 400.000 nuevos clientes, lo que supondría arrebatar unos 135.000 clientes cada año al resto de entidades. “Pueden parecer muchos, pero hemos demostrado en los últimos años que podemos conseguirlo. Es algo alcanzable”, aseguraba el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, durante la presentación del nuevo plan.
En ese sentido, ponía sobre la mesa Goirigolzarri esos “90.602 clientes netos conseguidos en el segundo semestre de 2017”. La tendencia es creciente. El primer semestre de 2016 ese incremento neto de la clientela ascendía a 3.606, se ampliaba a casi 40.000 en el segundo semestre de ese mismo año, y rozaba el umbral de los 70.000 al cierre del primer semestre de 2017.
Sobre esa base, la de tener una sólida base clientelar, confía el presidente de Bankia en convertir la entidad en “el mejor banco de España, siendo líder en eficiencia, rentabilidad y solvencia”.
Comparar la rentabilidad con el resto de bancos, solo en España
Cuestionado por cómo se puede ser el mejor banco de España con una ratio de rentabilidad sobre el capital (ROTE) del 11% en 2020, cuando hay entidades que ya hoy están en esos niveles, Goirigolzarri salía al paso con soltura para señalar que “ningún banco está por encima de nosotros en España”.
“Se debe medir la rentabilidad desde la realidad, no de las cosas que diga la gente”, comentaba Goirigolzarri para justificar una comparativa real de los datos, la realizada solo con el balance de las entidades sobre la actividad en España.
Alianzas con nuevos 'players' en medios de pago
Al margen de que los clientes aumenten y también lo haga su nivel de satisfacción, el presidente de Bankia mostraba su inquietud por el nuevo de modelo de distribución que se avecina, con cambios relevantes en los medios de pago. “Se rompe el ecosistema de cobros-pagos que tenían los bancos”, reconocía.
Una realidad que ya está ahí y sobre la que Goirigolzarri confirmaba que Bankia “está hablando con todo el mundo. Con Apple y con otros ‘players’ que se incorporen para alcanzar alianzas estratégicas, aunque siempre con el objetivo de que los clientes mantengan la última milla con nosotros”.
Previsión de tipos cercanos al 1% en 2020
Para el cumplimiento de los grandes objetivos en 2020 -esos 1.300 millones de beneficios, un beneficio por acción de 0,43 euros, un ROE del 10,8%, un ROTE del 11%, un ‘pay-out’ en efectivos de entre el 45% y el 50%, una ratio de eficiencia inferior al 47%, reducir por debajo del 6% los activos adjudicados y morosos y llegar a una solvencia del 12%- Bankia maneja un escenario macroeconómico, con unos tipos de interés, que seguirán en negativo en 2018, que subirán al 0,29% en 2019 y hasta el 0,73% en 2020.
Si esta previsión se quedara corta, y los tipos subieran de manera más acelerada, hasta entorno del 1%, José Sevilla, consejero delegado de Bankia, ponía sobre la mesa un incremento del beneficio -de 1.300 a 1.500 millones en 2020-, del beneficio por acción -del 0,43% al 0,51%-, del ROE, que en lugar del 10,8% subiría hasta el 12,2%, y una rentabilidad sobre el capital, que pasaría del previsto 11% al 12,5%.
Subida y caída del PIB y del empleo
También en clave macroeconómica, Sevilla apuntaba cómo el PIB, tras quedarse al borde del 3% en 2018, tomaría un sesgo descendente, que le llevaría hasta el 2,3% en 2019 y al 2,1% en 2020. Por el mismo sendero transitaría el empleo. A un repunte anual de hasta casi 480.000 afiliados a la Seguridad Social en 2018 le seguiría un progresivo descenso, que dejaría ese número de afiliados en apenas 300.000 en 2020.
Curiosamente, según el Servicio de Estudios de Bankia, a pesar de que el PIB y el empleo se ralentizarían en 2019 y 2020, sería en esos años cuando el crédito empezaría a dar tasas positivas de crecimiento, del 0,6% en 2019. Básicamente, porque, a lo largo de ese ejercicio se asumirá el impacto sobre los balances de las antiguas hipotecas, de manera que el importe de lo amortizado “se cruzará con el volumen de los nuevos préstamos”, comentaba Sevilla.
Goirigolzarri, fiel a su guión sobre la privatización
Aunque en su exposición ante los medios, Goirigolzarri no aludió, en ningún momento, a esa fecha -el 31 de diciembre de 2019-, en la que está previsto que el Estado haya desaparecido del capital de Bankia, con la venta del 61% que le queda a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), en la rueda de prensa posterior el tema se convertía en una cuestión recurrente.
El presidente de Bankia no se salía del guión que sigue a pies juntillas desde siempre en este tema. “La labor de la dirección es definir la gestión y será responsabilidad del FROB decidir cuándo y cómo se privatiza su participación”, apuntaba. Y, ante la posibilidad de que este mismo mes de marzo se pudiera abrir una nueva ventana de venta, Goirigolzarri, señalaba que “sería un buen momento”, a pesar de que la cotización sigue sin levantar el vuelo.
Aunque en los primeros compases de la sesión de este martes, la cotización reaccionaba con subidas ante las previsiones contenidas en el plan, al final cerraba prácticamente en poco más de 4 euros, con un retroceso del 0,32%. En la parte baja de ese margen en el que Bankia se mueve desde hace un año, que, por arriba, no ha ido más allá de los 4,5 euros.
'Road show' para vender el plan y que la acción suba
De cara a subir esos precios, la plana mayor de Bankia, con Goirigolzarri a la cabeza, este mismo martes iniciaba un ‘road show’ en Londres, con un doble objetivo, presentar el plan a los inversores institucionales y que, a la vista del mismo, la confianza en la entidad se redoblara.
“No hace falta esperar a 2020 para que Bankia suba. Si el mercado se cree el plan, lo que hará automáticamente será adelantar la subida con compras”, explicaba Goirigolzarri.
En unos días se podrá comprobar si hay o no cambio de tendencia, y si la misma es suficiente para que el FROB -ya con un nuevo ministro de Economía en sustitución de Luis de Guindos- decida si aborda una nueva venta.