La entidad, una de las pocas antiguas cajas de ahorros que no ha dado el salto a bolsa, provisionó el año pasado un total de 71,9 millones de euros para un expediente de regulación de empleo que afectaría hasta un 590 empleados debido al cierre de 140 oficinas.
En un contexto de tipos de interés en mínimos históricos, el margen de intereses bajó un 1,1 por ciento a 561,2 millones de euros.
El resultado de las operaciones financieras retrocedió un 10 por ciento, pero el registro de unos ingresos extraordinarios relacionados con su acuerdo con la asegradora CASER permitió aumentar el margen bruto en un 3 por ciento a 1.164 millones de euros.
La Entidad dijo que el saldo de sus activos problemáticos bajó el año pasado en un 13,6 por ciento a 659 millones de euros y el ratio de mora descendió en 125 puntos básicos al 7,7 por ciento.
Al igual que otras entidades financieras, el grupo ha realizado importantes saneamientos en su balance tras el impacto del derrumbe inmobiliario en España.