La entidad cántabra superó a finales de 2017 los 4 millones de accionistas por primera vez en su historia. En el periodo, el banco realizó dos ampliaciones de capital. Una en el mes de julio, por valor de 7.072 millones de euros, para respaldar la adquisición del Banco Popular, que supuso la emisión de 1.458 millones de nuevos títulos. La siguiente se produjo en noviembre para hacer frente al Scrip Dividend, hasta cerrar el año con un total de 16.135 millones de acciones repartidas entre 4,029 millones de accionistas. Una cifra un 2,6% superior (101.000 accionistas más) que los 3.928 millones de accionistas con los que el banco contaba en 2016.
Es la única entidad que ha logrado incrementar su base accionarial en 2017. Pero los expertos coinciden en que esta `proeza¿ se ha logrado gracias a la Cuenta 1,2,3, con la que la entidad `premia¿ con un título a quien contrate este producto. Medio millón de clientes contrataron este producto el pasado año.
En el caso de la entidad presidida por Ana Patricia Botín, este incremento no ha supuesto un cambio sustancial en la estructura accionarial, donde los institucionales siguen copando el 61% del total, frente al 38% de minoritarios y el 1% que corresponde a acciones en manos del Consejo. Por distribución geográfica, es Europa el destino que copa el 78% de sus accionistas, frente al 21% de América y el 1% del resto del mundo. En 2016, los minoritarios representaban el 43,71% frente al 55,01% de institucionales.
En el otro extremo de la balanza se sitúa Bankia, con la pérdida de casi 49.824 accionistas en 2017. Su caso es especial porque, además de incluir la ampliación de capital para la integración de BMN llevada a cabo el pasado año, el banco se ha visto obligado a devolver su dinero a muchos minoritarios que reclamaron la salida a Bolsa de la entidad.
Actualmente, BFA (FROB) es el máximo accionista con más de un 60% del capital, del que debería deshacerse antes de cierre de 2019. Desde su salida a Bolsa, la evolución de su capital social ha variado mucho. En 2013, los minoritarios suponían un 18,26% del capital, frente al 69,39% que aún representaba BFA. El institucional extranjero alcanzaba un porcentaje del 9,26%, frente al 4,09% del institucional español. Aquel año, la entidad ponía fin a su política de remuneración quedando por el Plan de Reestructuración.
Hoy, incluyendo la última ampliación de capital para el canje de fusión con BMN, Bankia cuenta con 3.085 millones de acciones en el mercado, y un total de 192.055 accionistas (frente a 241.879 de 2016). De ese total, y eliminando la parte del FROB, un 23,30% corresponde a institucionales extranjeros (con un notable incremento respecto a hace cuatro años) y un 6,76% de institucionales españoles. Los minoristas suponen un 8,96% del capital social. Una cifra que ha bajado notablemente desde el 21,89% que suponían en 2013 y el 12% en 2016.
En diversas intervenciones públicas, otras entidades como CaixaBank o Sabadell han atribuido la reducción de accionistas sufrida en el último año a la buena evolución en Bolsa y la posterior recogida de beneficios. Al fin y al cabo, y pese al impacto de la crisis política en Cataluña que derivó en el cambio de sede de ambas entidades, los dos bancos fueron los que mejor se comportaron en Bolsa en el conjunto de 2017, con unas revalorizaciones de más del 27% y el 25% respectivamente.
A 29 de diciembre, CaixaBank contaba con 605.017 accionistas, 77.748 menos de los 682.765 que se contabilizaban en 2016. Del total, un 3,5% son institucionales nacionales, un 66,2% internacionales, un 28,6% minoristas y un 1,7% empleados. En el caso del Sabadell, la cifra ha bajado en un año en 25.818 accionistas, de los 260.948 de 2016 a los 235.130 actuales. El peso de los inversores individuales en la base accionarial de Banco Sabadell, a lo largo de 2016 se incrementó desde un 54,7% en diciembre de 2015 a un 56,1% en diciembre de 2016. Hoy un 54,3% son institucionales y un 45,7% minoristas.
Las caídas fueron notables también en BBVA. En 2016 contaba con 935.284 accionistas, con una estructura muy diversificada. En concreto, el 54,6% era no residente. Y del total, un 35% son particulares, un 6,3% instituciones, un 2,6% empleados y un 1,4% bancos. En 2017 el número de accionistas cayó a 891.453 (43.831 accionistas menos). Por tipo de inversor, el 43,44% del capital pertenecía a inversores residentes en España y el 56,56% restante estaba en manos de accionistas no residentes.