RWE informó hoy de que el 2017 fue "un año bueno" gracias a que el resultado en la división de electricidad europea fue mejor de lo esperado y a una robusta contribución a los beneficios de la negociación de energía y a la reducción de costes.
Las ventas de RWE bajaron el año pasado un 2,7 % (44.585 millones de euros) y la deuda se redujo un 10,9 % (20.227 millones de euros).
RWE, que aumentó el año pasado el número de empleados un 1,5 %, hasta 59.547 personas, no prevé reducciones de personal tras el acuerdo de intercambio de actividades al que ha llegado con E.on.
"En 2017, nuestro objetivo era volver a posicionar estratégicamente a RWE y consolidar sus finanzas. Hemos tenido éxito en las dos tareas. Estamos de nuevo en buena forma, con una estructura financiera sólida, una deuda más baja y un ratio de capital más elevado", dijo el consejero delegado de RWE, Rolf Martin Schmitz.
Destacó el resultado del negocio de negociación de energía en 2017 y las actividades de generación de electricidad.
La junta directiva y el consejo de supervisión propondrán en la próxima junta general de accionistas del 26 de abril el reparto de un dividendo de 1,5 euros por acción ordinaria y preferente por 2017, cantidad que incluye un dividendo especial de 1 euro.
RWE quiere repartir un dividendo por 2018 de 0,70 euros por acción ordinaria.