En cuanto a la entidad presidida por Ana Botín, las posiciones cortas representan el 0,58% de su capital, porcentaje que corresponde en su totalidad al 'hedge fund' Bridgewater Associates. Los cortos subieron al 0,58% el pasado viernes desde el 0,55% de dos semanas antes.
En BBVA la situación es similar. Las posiciones bajistas en la entidad aumentaron del 0,55% del pasado 2 de marzo al 0,57% del viernes y este porcentaje corresponde totalmente al mismo fondo.
Bankinter, por su parte, contaba con unos cortos equivalentes al 0,25% de su capital el pasado viernes, frente al 0,21% anterior, y en los registros de la CNMV no se especifica quiénes son los bajistas.
Por el contrario, Bankia vio descender sus posiciones cortas desde el 3,33% al 3,28%, porcentaje del que AQR Capital Management cuenta con el 1,49%.
Sabadell mantuvo sus posiciones bajistas en el 0,29%, en mínimos desde que existen registros de la CNMV, al tiempo que en CaixaBank los cortos se encuentran por debajo del mínimo cuya comunicación es obligada.
El supervisor de los mercados españoles exige desde 2010 que se le comunique toda posición corta sobre cualquier empresa cotizada española que exceda al 0,2% del capital social y hace públicas las que superen el 0,5% del capital.
La toma de posiciones cortas es una operativa bursátil que utilizan los inversores cuando prevén que el mercado va a bajar o está sujeto a mucha volatilidad. En líneas generales, consiste en pedir prestadas acciones de una entidad a cambio de un alquiler con la intención de venderlas y posteriormente recomprarlas más baratas.
En agosto de 2011, en el marco de la crisis financiera, la CNMV prohibió la toma de posiciones cortas sobre valores del sector financiero con objeto de atajar la extrema volatilidad que atravesaban los mercados. Este veto se extendió hasta febrero de 2012.