La junta de accionistas de Siemens Gamesa rechaza, por no alcanzar los votos necesarios, las dos iniciativas que había sometido a votación Iberdrola tendentes a reforzar la 'españolidad' del fabricante de aerogeneradores tras su fusión con la alemana Siemens.
Los ánimos estaban caldeados en la previa a la junta y la crispación se ha dejado sentir durante su celebración. Aunque Gamesa ha intentado relajar la tensión con la eléctrica vasca, el segundo accionista con un 8% del capital, informando al regulador de un cambio en el reglamento del consejo que afecta a las transacciones de la sociedad con consejeros y accionistas, no ha faltado el cruce de dardos durante la asamblea.
La eléctrica que preside Ignacio Sánchez Galán llegaba a la cita en Zamudio, donde se ubica la sede de Siemens Gamesa, habiendo forzado la votación de dos puntos en el orden del día.
En uno pedía que el fabricante garantizara que su sede se mantendrá en España. En el otro, más polémico al denotar la falta de sintonía respecto al cumplimiento del pacto parasocial que permitió la fusión sin realizar una OPA, Iberdrola pretendía "reforzar el gobierno corporativo en materia de operaciones vinculadas, para proteger a los accionistas minoritarios frente al riesgo de administración por parte del mayoritario", la alemana Siemens, que tiene un 59% del capital.
La española vuelve a Bilbao sin haber logrado ninguna de las dos medidas, pero habiendo puesto ante la asamblea lo que durante meses se ha dicho en otros foros. "El consejo no dispone de todas las herramientas necesarias para velar por sus objetivos a la luz de la posición de Siemens y las decisiones que vienen tomando", ha asegurado durante su intervención Iñigo Elorriaga Fernández de Arroyabe, representante de la eléctrica vasca.
Según Elorriaga, la intención de la eléctrica con sus propuestas es preservar los principios que permitieron la fusión y que el proyecto industrial "sea fuerte y en España".
Antes de la votación, el consejo de administración de Siemens Gamesa ha mostrado su rechazo a ambas iniciativas. Tanto el consejero delegado, Markus Tacke, como la presidenta, Rosa García, han descartado dudas o planteamientos que hagan suponer que la compañía va a cambiar de lugar su sede operativa
También se ha posicionado en contra el representante de Siemens, Fernando Ortega, que en su turno de palabra no ha dudado en tachar de "innecesario y carente de fundamento" el hecho de que Iberdrola tratara de forzar una votación en la junta para blindar la sede social.
También ha criticado duramente su posición, recordándole que la sede "no es un punto estratégico y esencial de la fusión", como defienden, ni que el consejo de administración requiera un "control y contrapeso" para cumplir con sus funciones.
"Siemens Gamesa y sus accionistas minoritarios no están amenazados por Siemens, tal y como algunos quieren hacerles creer cuando leen las noticias publicadas en algunos medios. La realidad es justo lo contrario, si a Siemens Gamesa le va bien, a todos nos ira bien", ha subrayado Ortega, que ha alineado su intervención con la gestión que ha hecho de la empresa el equipo directivo de Siemens Gamesa.
Cambio en el reglamento
La presidenta de Siemens Gamesa ha explicado que el cambio en el reglamento se ha realizado para cambiar la forma en que se toman las decisiones en las operaciones entre los accionistas principales, es decir, Siemens AG e Iberdrola.
Con este cambio en el reglamento, será necesario un informe de un experto independiente antes de que el consejo apruebe una operación. Esta autorización del consejo no será precisa si se cumplen simultáneamente varias condiciones: si el contrato tiene unas condiciones estandarizadas y se aplican en masa a un elevado número de clientes; que se realicen a precios o tarifas establecidos con carácter general por el que suministre el bien o servicio; y que la cuantía no supere un 1% de los ingresos anuales de la compañía.
Si el valor de una transacción supera el 10% de los activos sociales del último balance, la autorización debe darla la junta de accionistas.
Quejas de los sindicatos y por la caída de la acción
Además de los representantes de Iberdrola y Siemens, en la junta han intervenido también otro accionista minoritario que ha reprochado la pérdida de valor de la acción de Gamesa durante 2017. "Algo falla en la gestión de la empresa, no pongo en duda su trabajo, pero o no es lo suficiente o no es todo lo bueno que la empresa necesita", ha argumentado José Antonio del Barrio Colmenarejo. Cuando se cerró la fusión, la acción de Gamesa cotizaba a casi 22 euros, frente a los 13,3 euros por título a los que está actualmente.
Su crítica se ha extendido también a la pelea entre ambos accionistas mayoritarios, aireada en los medios y que ha generado preocupación entre los minoritarios, y ha pedido "remar en una misma dirección" en este "momento de zozobra" de la compañía.
Desde UGT han recordado que, para adaptarse a los ciclos económicos, Gamesa ya había ajustado su plantilla en los ocho años anteriores a la fusión y que ahora han planteado otro importante recorte a nivel global de 6.000 puestos, a pesar de que se les había "transmitido un mensaje de tranquilidad" respecto a más recortes una vez que se realizara la fusión.
Elena Martínez, representante del sindicato, ha aprovechado su turno de palabra para pedir a Gamesa las mismas garantías de empleo para los trabajadores españoles que para los alemanes, con un blindaje temporal: "pedimos la aprobación de una garantía de empleo en España igual a la que disfrutan los trabajadores de Siemens AG". Es decir, hasta la ejecución del plan de negocio, "hasta septiembre de 2020", ha añadido.