Así lo expone en un comunicado recogido hoy por la prensa lusa el Fondo de Resolución, mecanismo a través del cual se inyectarán los 791,7 millones.

El Fondo está financiado con aportaciones del resto de bancos portugueses pero, en el caso de que no tuviese capital disponible para cubrir la cantidad requerida, como sucede en este caso, el Estado tiene que garantizar el resto.

Así, las arcas públicas entregarán una cantidad que "aún no está fijada" pero que en cualquier caso "se estima que no supere los 450 millones de euros", dice el Fondo en la nota.

Ese préstamo completará "los recursos financieros disponibles, resultantes de las contribuciones pagadas, directamente o indirectamente por el sector bancario", a los que se recurrirá en primer lugar.

La inyección de capital fue solicitada por el Novo Banco este miércoles, tras anunciar que tuvo en 2017 unas pérdidas récord de 1.395,4 millones de euros, un 77 % más que el año anterior.

Para recibir esa cantidad, ha activado el mecanismo de capital contingente que estaba incluido en el acuerdo de venta al fondo estadounidense Lone Star, propietario desde el año pasado del 75 % de la entidad, en tanto que el Estado, a través del Fondo de Resolución, mantiene el 25 % restante.

El trato preveía que el Fondo de Resolución pudiese tener que compensar al Novo Banco para hacer frente a las pérdidas derivadas de los activos problemáticos de la entidad.

El Gobierno socialista portugués ya había reconocido que el Estado podría tener que poner más capital en el Novo Banco, lo que llevó al Parlamento portugués a solicitar una audición del ministro de Finanzas, Mário Centeno, y del gobernador del Banco de Portugal, Carlos Costa.

El Novo Banco fue creado en agosto de 2014 con los activos "saludables" del intervenido Banco Espírito Santo (BES) y, en el momento de su nacimiento, fue recapitalizado con un crédito público de 3.900 millones y otros 1.000 millones procedentes del resto de entidades lusas. EFECOM

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