En todos los casos la mejora ha sido de un escalón, al igual que la de España, y responde al menor riesgo del sector financiero por la mejora de la situación económica, según la información remitida por las distintas entidades a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

El Banco Santander ha pasado de A- a A, lo que se identifica con un notable, mientras que BBVA ha logrado un A- o notable bajo, nivel que no alcanzaba desde principios de 2012.

Bankia, controlada por el Estado, CaixaBank, Bankinter y Banco Sabadell pasan de BBB- a BBB, nivel que comúnmente se asocia con un aprobado; y Banco Popular logra un A- o notable bajo.

S&P también eleva un peldaño la deuda a largo plazo de la matriz de Bankia, BFA, que se queda en BBB- (aprobado bajo).

La entidad gallega Abanca ha pasado de BB- a BB, un nivel que aún continúa dentro de la zona de calificaciones que se denomina coloquialmente como bono basura.

El pasado 23 de marzo S&P subió la calificación de la deuda de España de aprobado alto a notable bajo, tras constatar el efecto limitado que han tenido las tensiones políticas en Cataluña sobre la economía.

Además, S&P situó a España en perspectiva positiva, lo que deja la puerta abierta a adicionales subidas de nota en los próximos 24 meses si continúa la rebaja del déficit público y si la incertidumbre asociada a Cataluña remite.

La agencia recalcó en ese momento la fortaleza de la economía, el superávit de la balanza por cuenta corriente y en la positiva evolución del proceso de reducción del déficit público. EFECOMCOM

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